Los adolescentes tímidos suelen preocuparse en exceso del qué dirán y temen una crítica negativa. Todo esto provoca una ansiedad que les impide realizar algunas actividades con normalidad y hace que intenten evitarlas, por la falta de confianza en sí mismos y el miedo a hacer el ridículo. Por ejemplo, cuando tiene que relacionarse con amigos, especialmente del sexo opuesto; cuando se quiere empezar o acabar una conversación; cuando se trata con desconocidos; ante la necesidad de tomar la iniciativa o asumir responsabilidades; y en el momento de hablar en público o expresar sentimientos.
Las consecuencias de la timidez en la adolescencia son claramente negativas, afectan a la estabilidad psicológica, la satisfacción personal y las relaciones con el entorno. La timidez crea problemas sociales, dificulta conocer gente nueva, hacer nuevos amigos y disfrutar de ellos.
Cómo ayudar al adolescente a vencer su timidez
Si nuestro hijo es excesivamente tímido e inseguro, debemos esforzarnos en conseguir que ese carácter introvertido no sea necesariamente un parón en sus relaciones con sus iguales. Adoptar una actitud proteccionista es una tentación: al contrario, el chico necesita, gradualmente, que se le fuerce a valerse por si mismo en la medida que lo admita su edad.
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Es fundamental conversar (hablar y escuchar) con el adolescente tímido y evitar hacer comparaciones que puedan herir su susceptibilidad. Hemos de dejarle que se explaye, que salga de su mundo, que aprenda a compartir sus inquietudes y sus miedos y quite importancia a sus propios agobios.
En este sentido es importante afianzar su seguridad potenciando y alabando aquellos puntos en los que tiene especial facilidad. El contacto con otros chicos o chicas con sus mismas aficiones puede ser el punto de partida para que empiece a soltarse e integrarse.
Los tres mundos de los adolescentes
Entre los trece y los dieciséis años hay tres ámbitos imprescindibles donde se desarrolla la vida de los chicos y de las chicas:
1. La familia, donde el hijo se siente querido por sí mismo y conoce el amor desinteresado.
2. El colegio, donde aprende conocimientos básicos y se prepara para el futuro.
3. La calle, donde ve a los demás con sus alegrías y sus penas y comienza a valorarlos coma personas de carne y hueso para las que la vida no es una asignatura que se aprueba con facilidad.
La misma edad les exige integrarse en cada uno de estos ámbitos aunque, si no «siente» la necesidad de ello de modo intuitivo, serán los padres quienes deban hacerle entender que hay un momento para cada cosa. Forzarle a salir de casa para encontrar amigos sería contraproducente. Pero ha de entender que la amistad es un paso más dentro de su proceso de madurez.
Consejos para padres sobre la timidez de los adolescentes
1. Al adolescente hay que ayudarle a asimilar el valor de conceptos como esfuerzo, voluntad, lucha, entrega, etc. pues es un primer paso para las relaciones de amistad, que exigen varias de estas virtudes.
2. Hemos de abandonar las posturas excesivamente proteccionistas para exigir al adolescente solitario algún esfuerzo en el hogar: poner la mesa, hacer la cama… Hemos de romper sus hábitos perezosos, no permitir comodidades que refuercen su gandulería, como dejar que se levanten a la hora que quieran, o estar todo el día en pijama los fines de semana.
3. El que no salga con amigos y se quede en casa puede ser síntoma de algún otro problema como, por ejemplo, la existencia de complejos, un acoso en el colegio, etc.
4. Podemos motivarle para que comparta sus aficiones con otros chicos o chicas de su edad. Puede ser apuntándole en una academia para una actividad que le guste, en una asociación juvenil, en un grupo de voluntariado* Si no pone interés, habrá que emplear algo de picardía para que haga amistades, pero sin forzar las relaciones.
5. Está bien que oigan su música y que les encante estar aislados con sus cascos y su reproductor MP3, pero no puede hacerlo a la hora de comida o en la tertulia familiar.
6. Limitar las horas de video-juegos aisladores, estableciendo con él un tope de tiempo diario.
Si tenemos un hijo muy tímido podemos dar la vuelta al problema y utilizar el propio hogar como instrumento para facilitar que haga amigos. Ha de tener la oportunidad, en la práctica, de poder traer amigos de su clase para estudiar juntos, hacer la tarea, etc. ¿Cómo? Un sitio suficiente, tranquilidad, no molestar, libros, una buena merienda, un tiempo para la consola… Habrá que insistirle al principio, pero mataremos dos pájaros de un tiro: fomentará la amistad y conoceremos cómo son sus amigos.
El silencio también es necesario
No hay que olvidar, de todos modos, que los adolescentes necesitan una cierta cuota de aislamiento para pensar y reflexionar acerca de quiénes son, de sus nuevas vivencias y formas de sentir el mundo. El adolescente se da cuenta que tiene algo dentro de sí y quiere desarrollarlo. Es el momento en que algo nace en alguien y para descubrirlo necesita estar solo y callado.
El silencio que tiene que ver con la búsqueda de la intimidad es el normal en esta edad. Es una reflexión que se expresa con la tendencia al aislamiento. Es importante entender que la actividad exterior no es la única alternativa, la actividad interior también es clave.
Ricardo Regidor
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