A día de hoy las redes sociales son algo casi imprescindible en la vida de las personas. Solucionan distancias, ayudan a mantener amistades e incluso pueden ayudar a encontrar trabajo. Sin embargo, ¿cuándo es el momento de que una persona tenga un perfil en estas webs? Esta decisión es una discusión que sucede a menudo en los hogares.
Los más pequeños de la casa ven en las redes sociales algo interesante, especialmente para mantener el contacto con sus enemigos y compartir sus gustos, fotos, etc. Sin embargo, como todos sabemos internet no es un lugar seguro al 100% y entraña demasiados riesgos a los que nuestros hijos se van a enfrentar, motivo por el cual hay que saber muy bien si es el momento de que un menor se abra un perfil en estas páginas.
A tener en cuenta
Lo primero que se debe saber es que un niño menor de 14 años legalmente no debe tener un perfil en redes sociales. Si este es el caso de tu hijo, se acabó la discusión, no puede tener un perfil en estas webs. Es más, debes procurar saber en todo momento si el menor no está haciendo uso de estas páginas y en caso de que sí, hacerles entender todos los peligros que entraña internet.
La edad es uno de los puntos que hay que tener más en cuenta pues que en torno a los 10 años, los menores piensan que ya son capaces de tener un perfil en redes sociales. Sin embargo por lo general no sabrían hacer frente a determinadas situaciones como por ejemplo que un extraño de repente les pida una foto íntima. Antes de que cumplan la edad correspondiente, hay que hacerles entender ciertas normas de uso de las redes sociales.
Quizás el menor se crea capaz de ser capaz de gestionar su perfil en redes sociales, pero lo cierto es que probablemente no. En última instancia somos los adultos quienes deciden cuándo están preparados y las normas que deben cumplir una vez que les hemos permitido acceder a estos perfiles. También debemos tener en cuenta para qué quieren tener su perfil y qué uso le darán.
Puede que los menores hagan uso de las redes sociales para mantenerse informados en el caso de Twitter o para poder crear grupos de estudio a través de plataformas como Skype. En estos casos puede que se entienda que estas herramientas son necesarias para ellos, sin embargo si se quiere emplear para conocer gente, hay que explicarle que este no es el mejor medio para ello.
Establecer normas
Si hemos decidido que finalmente el menor puede tener un perfil en redes sociales, habrá que establecer un reglamento para que hagan un buen uso de ellas y naveguen de forma segura:
– Ordenador a la vista. Dejar que los menores accedan a internet y redes sociales solos en su cuarto puede suponer que se enfrenten a algún problema que no sepan resolver ellos solos, o que sean el blanco de alguien que opere en el anonimato. Hay que hacerles entender que el hecho de que el PC esté en un sitio común es para ayudarlos en estos casos y no para asaltar su privacidad.
– No a los extraños. No hay que aceptar solicitudes de amistad de personas que no conocemos, por mucho que se diga conocer a personas en redes sociales es peligroso ya que puede suponer que alguien con malas intenciones pueda aprovecharse de la inocencia del pequeños.
– Privacidad ante todo. No, por mucho que alguien quiera preguntarle algo íntimo, nunca se le debe contestar. Las personas conocidas ya saben todos estos datos, los desconocidos no tienen por qué. De hecho siempre hay que elegir aquellas opciones que más restrinjan el acceso a contenidos en los perfiles.
– Añadirlo a tu lista de amigos. Otra forma de saber qué está haciendo tu hijo en redes sociales es añadirlo a tu lista de amigos o seguidores. No es algo malo siempre y cuando esto no se traduzca en una constante visita a su perfil para espiarlo. Una cosa es controlar y otra invadir su intimidad.
– Crear ambiente de diálogo. Es importante hacer entender a tu hijo que puede acudir a ti en caso de enfrentarse a un problema como acoso por parte de otras personas, que un desconocido le esté molestando o cualquier duda en este sentido. Para ello lo mejor es mostrarse cercano y recordarle que ante cualquier problema, siempre habrá un adulto que quiera ayudarle.
Damián Montero
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