Cuando los hijos llegan a la adolescencia, surge en los padres la preocupación por los drásticos cambios físicos que experimentan, sobre todo en el caso de las niñas. Muchas veces estas transformaciones se deben a trastornos alimenticios que padecen los jóvenes por la búsqueda de la perfección, la belleza y la atracción.
Hablamos entonces de anorexia o bulimia. La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición, y la bulimia la padecen personas que son incapaces de dominar los impulsos que les llevan a comer, pero el sentimiento de culpa y vergüenza tras ingerir muchos alimentos les lleva a una purga por vómitos, laxantes o diuréticos.
La proporción de mujeres que sufren trastornos de conducta alimentaria es mucho más alta que en hombres. Sin embargo, cuando uno de estos problemas surge en un varón suele ser un cuadro más grave y difícil de tratar. En cualquier caso, es especialmente importante contemplar la alimentación de los adolescentes para poder detectar a tiempo cualquier trastorno alimenticio antes de que sea imposible de tratar. Te presentamos un decálogo de pistas que pueden ayudar a detectarlos.
Pistas para detectar anorexia o bulimia en adolescentes
1. Restringe el tipo de alimentos en su dieta, empezando por las comidas grasas como carnes de cerdo o de ternera, embutidos, pescados grasos y aquellas que tienen alto contenido en hidratos de carbono como pastas, pasteles y pan.
2. Prolonga mucho el tiempo para comer y se dedica a marear la comida en el plato. Suele esperar a que todo el mundo se levante de la mesa para poder tirar lo que no se ha comido sin que le descubran.
3. Hace deporte o ejercicios extenuantes sin guardar reposo de la comida, por la obsesión de quemar calorías.
4. Va al baño justo después de haber comido, permaneciendo el tiempo suficiente para provocarse el vómito. Abrirá el grifo o intentará hacer ruidos para evitar que se delate por forzar el vómito.
5. Viste ropas grandes u holgadas para que se cubra su extrema delgadez y evite que sus padres les descubran. También evitan los trajes de baño o cualquier prenda que demuestre su cambio físico.
6. Se observa que algunas áreas del cuerpo están especialmente huesudas, como los pómulos, las clavículas, los brazos En muchas ocasiones, el vómito repetitivo agranda el tamaño de las mandíbulas y en el caso de las mujeres, disminuye el tamaño del pecho.
7. Presentan cambios en el carácter, están más irritables, apáticos y retraídos. Reaccionan negativamente a la posibilidad de celebrar comidas familiares, reuniones en las que se ven obligados a transgredir su dieta o donde la comida esté muy presente.
8. Tienen interés en buscar páginas de internet, revistas o libros de personas que padecen trastornos alimenticios similares o que están dirigidos a dietas, recetas de cocina y nutrición.
9. Las conductas extremas expresan los dos polos de la enfermedad: la anorexia se acompaña de perfeccionismo, inseguridad, restricción de los contactos sociales y sexuales, las conductas por atracones y purgas se dan en personas más caóticas y desinhibidas.
10. La pérdida excesiva de peso, aunque suela ser un paso tardío, puede venir acompañada de alteraciones menstruales por irregularidades o ausencia.
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