El fenómeno de las tribus urbanas y los movimientos radicales se lleva dando en nuestro país desde hace muchos años. La estética de la que hacen gala cada uno de ellos les hace fácilmente diferenciables, pero son mucho más que una pose: estos movimientos ofrecen a los jóvenes unas señas de identidad concretas y en ocasiones, ligadas a la violencia y la intolerancia.
Las tribus urbanas se desarrollan normalmente en las grandes ciudades, de ahí su nombre, y se caracterizan por seguir una ideología y forma de vestir muy marcadas y diferentes unas de otras. Los expertos suelen coincidir en que estas tribus urbanas surgen a partir del deseo de los jóvenes de alcanzar una identidad soñada, y que encuentran en estos grupos sociales.
Identidad perdida de los adolescentes y jóvenes
¿Quiénes entran a formar parte de estos movimientos radicales y tribus urbanas? Habitualmente, los chicos y chicas que se encuentran con poco arraigo familiar y social, que buscan una identidad y quieren sentirse alguien dentro de un grupo. Necesitan identificarse con algo o alguien, y en estos grupos encuentran una serie de ideas, forma de vestir y actitudes que creen que les dan personalidad. Sin embargo, en esta búsqueda de personalidad, ésta queda anulada y absorbida por el grupo.
No sólo es la búsqueda de identidad lo que lleva a un joven a adherirse a una tribu urbana: las ganas de ganarse un respeto y la admiración de los demás puede conducirle a sumergirse en la ideología de un movimiento radical.
El idealismo también es otro motivo por el que muchos jóvenes se introducen en un grupo. El joven idealista busca cambiar la sociedad y para ello, no duda en unirse a otras personas que profesan sus mismas ideas y así llevar a cabo diferentes actividades que o bien pueden resultar benéficas, o bien pueden resultar vandálicas y agresivas como modo de protesta.
Características comunes de las tribus urbanas
Aunque las tribus urbanas pueden parecer absolutamente diferentes entre sí, todas tienen unas características que les unen en su modo de comportarse. El denominador común de estos movimientos es la rebeldía. Todos ven la sociedad como algo hipócrita y sin sentido. Por eso, se rebelan contra las normas establecidas, aunque por otra parte, ellos siguen fielmente unas pautas de comportamiento concretas.
Se quiere vender una imagen diferente, pero todos aceptan las premisas que impone la estética y la ideología de la tribu urbana, lo que queda en entredicho la idea de ser un rebelde. Se entra en una serie de roles adquiridos y se cierra la puerta a personas de otro tipo. Esto aporta al joven una visión bastante pobre de la realidad, porque no se abre a más personas, sino que se abunda en un estilo de vida y de ideas de manera única, y además dentro del movimiento que sigue se rechaza todo lo que viene de fuera. Es caer en una pose y seguir un estereotipo.
El fenómeno de las tribus urbanas
– Algunas tribus urbanas no muestran violencia alguna, pero sí contienen un ideario o pautas de comportamiento interno que pueden ser dañinos para el joven integrante.
– El fenómeno de las tribus urbanas responde a un proceso en el cual el joven empieza a sustituir los lazos familiares por los comunitarios. Piensa bien qué valores merecen la pena, ya que tal vez estés dejando de lado a la familia. No se trata de romper tajantemente con los amigos, sino de ordenar las prioridades y dedicar a cada uno un tiempo razonable.
– En caso de vernos increpados, lo mejor es no entrar en sus bravuconadas. Y por supuesto, si presenciamos una agresión, no dudemos en avisar a la policía.
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