La adolescencia trae consigo muchos cambios en los jóvenes, desde aquellos naturales de la edad, hasta los cambios que ellos mismos quieren producirse. Es una importante etapa de crecimiento personal en la que los adolescentes buscan una identidad, que muchas veces creen que puede llegar a través de un piercing. Pero, ¿qué hacemos si nuestro hijo quiere uno?
El piercing no es más que una perforación que se practica en la piel para colocar un anillo o pendiente. Es como el agujero que prácticamente todas las mujeres españolas llevamos en las orejas, pero que al ponerlo en otra parte del cuerpo tiene otras funciones que son buscadas especialmente por los adolescentes, como el deseo de distinguirse de los demás (o parecerse al grupo de amigos) o de experimentar con el propio cuerpo.
El piercing en el hijo adolescente
¿Qué hago si mi hijo quiere hacerse un piercing? Esta es una pregunta que cada vez más padres se hacen cuando sus hijos llegan a la pubertad. Lo cierto es que la respuesta es complicada, y nadie puede decir «sí o no», pues cada familia tiene sus propios valores y prioridades.
Aún así, es bueno recordar algunos aspectos al respecto, como lo hacen desde la Asociación Española de Pediatría, que señalan que el piercing es algo menos conflictivo que un tatuaje normal (no los de henna, que desaparecen a los pocos días) ya que tiene la opción de eliminarse muy fácilmente cuando nuestro hijo se canse de él o vaya a algún trabajo en el que no esté bien visto.
Estos expertos recomiendan no prohibir al adolescente que se haga el piercing, pues esto puede tener efectos contraproducentes (que lo haga de todos modos, pero a escondidas y, quizá, no en un lugar adecuado). Por ello, lo mejor es dialogar con nuestro hijo para encontrar una opción que nos agrade, de algún modo, a todos.
Por ejemplo, podemos negociar la localización y el tamaño del piercing, dejarlo como premio si cumple ciertos requisitos (sacar buenas notas, colaborar más en casa) o hacer que nuestro hijo valore el trabajo y la responsabilidad dejando que sea él el que ahorre para pagárselo. Todos estos acuerdos dependerán de los valores que tengamos en cada casa, aunque aún así hay uno que debe prevalecer por encima del resto: la comunicación entre padres e hijo.
Hablad e informaos juntos de los tipos de piercings que existen y sus consecuencias (por ejemplo, si quiere una dilatación será más difícil que ésta desaparezca con el tiempo), así como sobre la posibilidad de la formación de cicatrices en la zona del piercing.
Dónde hacerse un piercing
Hoy en día es muy fácil encontrar muchos lugares y personas que hacen piercings, pero lo mejor es acudir a un profesional que haga la perforación en las condiciones de higiene más adecuadas: que lave bien la piel con agua y jabón y la desinfecte con antiséptico es lo básico.
Si decidís hacer el piercing al adolescente, fijaos bien en que en el lugar al que vais utilizan agujas estériles de un solo uso y no olvidéis que el adorno debe haber sido desinfectado antes y que sea de un material que no produzca alergias.
¿Qué complicaciones pueden aparecer con los piercings?
Depende del tipo de piercing y del lugar en el que se ponga, pero por lo general las complicaciones más comunes asociadas a los piercings son locales: infecciones producidas por no mantener una higiene adecuada en la herida.
También es posible que el cuerpo rechace el piercing: en este caso se produce una reacción inflamatoria intensa que requiere que se retire el adorno. A veces también es posible que se produzcan cicatrices grandes y abultadas que generan problemas estéticos (y pueden requerir cirugía si se quieren eliminar).
Cuidados del piercing
-Procura lavar bien las manos con jabón antes de tocar el piercing
-El piercing debe llevarse al aire para que se cure con mayor rapidez
-La ropa que esté en contacto con el piercing debe estar muy limpia y ser preferiblemente de algodón
-Lavarlo normalmente con agua y jabón
-Tener especial cuidado con no engancharlo con la ropa
Ángela R. Bonachera
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