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La dieta adolescente: fundamental en el aprendizaje

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¿Cómo influyen la alimentación en la capacidad de conocer y de entender de los adolescentes? Estudios realizados demuestran que las dietas ricas en grasas saturadas pueden afectar al desarrollo cognitivo de los adolescentes, además de producir trastornos alimenticios y enfermedades metabólicas y cardiovasculares.

El 30 por ciento de las calorías de la dieta de una persona deben proceder de las grasas, pero el exceso de las mismas provoca alteraciones en la memoria y el aprendizaje.

En la adolescencia, el niño ha ido aprendiendo a establecer vínculos emocionales y expresar sus sentimientos, pero es en esta etapa cuando la persona busca su propia identidad y su autonomía gracias a la madurez cognoscitiva. El desarrollo cognoscitivo de los adolescentes parte de que éstos sean capaces de elaborar un pensamiento abstracto, de mantener una actitud reflexiva ante la realidad, y posean capacidad memorística.

Una dieta saludable para el aprendizaje

Los adolescentes deben llevar una dieta equilibrada que favorezca el aprendizaje y en la que no falte el desayuno. Existen algunos alimentos que son esencialmente buenos para mantenerte activo y concentrado y que sustituyen a esos alimentos altos en grasas que dificultan la capacidad cognoscitiva. Los nutricionistas aconsejan que en épocas de estudio es bueno tomar:

1.  Huevo, gracias a colina se fortalecen las conexiones entre las neuronas.

2.  Verduras como remolacha, gracias al monofosfato de uridina que favorece la capacidad cognoscitiva, zanahoria, que facilita la memorización con el antioxidante y coliflor, que acetilcolina para facilitar la atención y el aprendizaje.

3.  Pescados, ricos en ácidos grasos como salmón sardinas o atún.

4.  Té verde, que con la cafeína aporta energía a tu cuerpo y te mantiene activo. 

El exceso de peso en adolescentes perjudica a la memoria

Un estudio realizado por el grupo de investigación de la Universidad CEU San Pablo, liderado por Nuria del Olmo y Mariano Ruiz-Gayo y presentado en el Congreso Anual de la Endocrine Society (San Francisco) ha demostrado esta teoría.

Para elaborar dicho experimento, seleccionaron dos grupos de ratones: a uno de ellos se le suministró una dieta en la que el 45 por ciento de las calorías procedía de grasas saturadas, y el segundo recibió una dieta convencional que tenía el mismo número de calorías que la anterior pero en cuya composición predominaban los hidratos de carbono.

Así, los expertos han desvelado que los animales en edad adolescente desarrollaron cierta obesidad y presentaron importantes disfunciones cerebrales, sobre todo relacionadas con la memoria. Por el contrario, los ratones adultos que recibieron la misma dieta no sufrieron alteraciones de la memoria, a pesar de que también fueron obesos.

Las grasas provocan cambios hormonales que afectan al aprendizaje

Para poner a prueba la memoria de los ratones, los expertos emplearon un «test» de reconocimiento espacial en el que se utilizó un recinto que contenía dos piezas de plástico: una de ellas conocida por los ratones, y la otra, desconocida, a la que los investigadores iban cambiando de posición en el recinto.

Este «test» se basa en el hecho de que los ratones sienten más interés por los objetos nuevos que por los ya conocidos, de forma que un animal capaz de «recordar» un objeto, pasa más tiempo explorando el objeto nuevo que el antiguo. De esta forma, se comprobó que aquellos sujetos que habían ingerido más grasas saturadas durante la etapa adolescente habían perdido la capacidad de discriminar entre el objeto conocido y el nuevo, lo que no ocurrió en individuos adultos.

Esta alteración de la conducta estaba acompañada por cambios en la estructura neuronal que afectaba, sobre todo, al hipocampo, una zona del cerebro relacionado con la memoria. También se observó que en esta parte del cerebro había una pérdida parcial del efecto de laleptina.

«Todo esto puede deberse a que el cerebro es más susceptible a las grasas saturadas durante la adolescencia, y especulan con la posibilidad de que este tipo de dietas genere cambios hormonales que afectan a la maduración de algunas áreas del cerebro«, han asegurado los expertos.

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