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Enganchados a la tecnología

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¿Quién no tiene un amigo al que le es imposible estar relajado si se ha dejado el móvil en casa y está obligado a prescindir de él durante unas horas? Seguro que conoces a alguien cuya única fuente de diversión y ocio son los videojuegos, o gente capaz de estar horas navegando por la red día sí y día también. O tal vez somos nosotros mismos los afectados cuando no podemos prescindir de consultar nuestro whatsapp en nuestro smartphone.

¿Estaremos enganchados a la tecnología?

Uno de los mayores temores que se tienen (sobre todo, los padres) al hablar de las de las autopistas de la información es el que reduce el tiempo empleado para socializarse. Los jóvenes experimentan la necesidad de entablar relaciones, objetivo que puede cumplirse también por medio de la red y en todo momento. El problema puede llegar si uno se relaciona únicamente por el ordenador o el teléfono.
Al igual que las demás adiciones, estar enganchados a la tecnología también provoca dependencia. Resulta paradójico que estas tecnologías, destinadas a dar una mayor facilidad, independencia y libertad en la comunicación, si se hace mal uso (y abuso) de ellas terminan por esclavizar: nos volvemos dependientes del aparato.

Hay que destacar además que nos encontramos ante una adicción de naturaleza psicológica, no química, que es la que pueden generar sustancias como las drogas, el tabaco, el alcohol, etc. Al menos esto acarrea algo positivo, y es que el individuo no sufre las terribles secuelas físicas que provocan las adicciones químicas. En el caso de los adictos a las tecnologías, una actividad concreta se convierte en lo más importante en la vida del individuo, apoderándose de sus sentimientos, conducta y pensamientos. Y, como todo adicto, también llega a experimentar síndrome de abstinencia.

Cómo detectar la adicción a la tecnología

Los casos extremos necesitan de atención especializada, pues estamos hablando de una adicción a la tecnología que ha terminado por dominar a la persona. Pero no es necesario llegar a este punto para que hagamos algo. Simplemente, parémonos a reflexionar sobre el uso que estamos haciendo de la tecnología de la cual disponemos y empecemos a tomar medidas para poner unos límites. Piensa en las siguientes preguntas:

– ¿Has llegado a mentir para disimular la excesiva cantidad de horas que dedicas al uso de las tecnologías? 
– ¿Dedicas el tiempo libre a las tecnologías, dejando de lado otras opciones de ocio?
– ¿Tienes necesidad de emplear más tiempo cada vez que te conectas a Internet o juegas con un videojuego?
– ¿Estás de mal humor o tienes sensación de ansiedad en caso de no poder usar el móvil, ordenador, etc.? 
– ¿Descuidas o rompes los lazos de amistades personales?
– ¿Dedicas mucho más tiempo a una conversación virtual (incluso durante las horas de sueño), de lo que eres capaz de dedicar a una relación personal, al trabajo y a tus obligaciones?
– ¿Haces de Internet el refugio para conocer gente o para mantener una relación de noviazgo? 
– ¿Usas Internet para evadirte de los problemas o porque estás bajo de ánimos?

Si la respuesta es afirmativa en la mayoría de preguntas, empieza a pensar que es bueno que te marques unas pautas de comportamiento para que la tecnología no termine por «dominarte».

Medidas para evitar la adicción a la tecnología

Las siguientes medidas de prevención pueden ayudar a que hagamos un uso más responsable de las tecnologías, especialmente de las informáticas. Éstas son:

– Fija horarios que limiten su uso.
– No emplees más de dos horas al día en el uso del ordenador. Y a ser posible, lo utilizaremos cuando ya no tengamos ninguna otra tarea que realizar, para que no nos quite tiempo para nuestros deberes y responsabilidades.
– No abandones ninguna afición por el uso de tecnologías, aunque con ellas estés aprendiendo.
– Para evitar que se cree un hábito, alterna los días de uso.
– Apaga el móvil cuando te vayas a dormir, a menos que esperes una llamada importante y que sepas con seguridad que se producirá.
– Si gastas demasiado hablando por el móvil, piensa en cambiarte a tarjeta prepago para controlar mejor el dinero.
– Procura medirte en el uso de aparatos musicales (IPods, MP4, etc.). No sólo para evitar el aislamiento y recurrir a otras actividades como la lectura, sino también por tu salud: está comprobado que su utilización continua y a volumen alto acaban dañando los oídos.

Consecuencias de la adicción a la tecnología

– Bajo rendimiento en estudios o trabajo.
– No se desarrollan habilidades sociales.
– Sedentarismo, con riesgo de obesidad.
– No se practican otras actividades de naturaleza física o intelectual.
– Dependencia de la tecnología.
– Aislamiento social o familiar.
– Dificultad para conciliar el sueño: el adicto es incapaz de desconectar.

Marisol Nuevo Espín

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