La cultura popular siempre lo ha afirmado: comer chocolate es sinónimo de granos. Pero, ¿cuánto hay de verdad en esta afirmación? ¿Cómo afecta el chocolate al acné? ¿Existe realmente alguna evidencia científica al respecto, o más bien responde a lo que llamamos una ‘leyenda urbana’? La realidad es que no hay evidencias científicas que muestren que el consumo de chocolate produzca un agravamiento del acné o que lo provoque.
Es lo que asegura un estudio reciente, aunque único en este sentido, que incluso muestra que el chocolate podría ser beneficioso y tener efectos protectores para la piel.
El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que supone una mayor activación de las glándulas sebáceas y la obstrucción de los películos foliculares y su colonización por una bacteria denominada ‘Propionibacterium acnes’.
La relación entre la alimentación y el acné
Según explica José Luis Estebaranz, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), es importante acudir al especialista para tratar esta afección de la piel, dado que puede producir secuelas graves como cicatrices, aunque existen terapias que ya emplean el láser y la luz para tratar estas posibles marcas.
En cuanto a la alimentación y el acné, el dermatólogo apunta que sí se ha asociado la exacerbación del acné con una ingesta calórica alta o excesiva, ya que se produce una mayor activación de las glándulas sebáceas productoras de grasa en la piel.
En general, lo importante es emplear el sentido común para saber qué hacer y qué no, señala Estebaranz, que añade que existen personas que cuando toman mucho picante, realizan comidas copiosas o ingieren demasiada comida rápida presentan más granos. Pero esto no significa que haya que restringir el consumo de ningún tipo de alimentos para tratar el acné, concluye el experto.
Aunque el acné se asocia con la pubertad, lo cierto es que puede presentarse en bebés, niños y en la edad adulta como reacción ante medicamentos o derivado del estrés y las alteraciones hormonales.
Decálogo del acné
La expresión «ya se pasará» para evitar cuidarse o acudir al dermatólogo por el acné es peligrosa y en muchos casos inexacta. Desde la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) presentan un decálogo con los mejores consejos para esta enfermedad de la piel:
1. Realizar una limpieza diaria correcta de la piel dos veces al día como máximo para evitar la irritación y con un jabón suave. Secar sin friccionar. El pelo debe lavarse con la frecuencia necesaria para mantenerlo limpio.
2. El problema que desencadena el acné no es la suciedad, por ello no hay que obsesionarse con la higiene y convertir esta en una agresión excesiva para la piel.
3. No existen remedios milagrosos, ni tratamientos alternativos que superen en eficacia a los que la industria cosmética y farmacéutica comercializan y el dermatólogo prescribe.
4. El tratamiento del acné requiere constancia, pues puede mantenerse activo meses o años. Durante este tiempo es preciso mantener unos cuidados generales. En muchos casos se deberá recurrir a cremas farmacológicas antiacnéicas y en los menos plantearse el tratamiento farmacológico con pastillas. El acné no controlable es una situación excepcional.
5. No manipular las lesiones de acné es el mejor procedimiento para evitar las marcas. Al apretar los granos podemos transformar una lesión que desaparece en poco tiempo y sin dejar cicatrices en otra mucho más visible, duradera y que al curarse dejará como secuela una cicatriz.
6. Utilizar cosméticos libres de aceites o no comedogénicos de marcas reconocidas.
7. Las cremas que se utilizan para tratar el acné pueden irritar la piel pero esto no es motivo para suspender el tratamiento. Se deberá espaciar su aplicación a cada dos o tres días. La piel suele de forma progresiva desarrolla tolerancia hacia estos productos.
8. Aunque la dieta debe ser equilibrada, no hay ningún alimento que haya demostrado empeorar el acné. Los alimentos que habitualmente se citan en el saber popular como agravantes del acné suelen ser también incluidos de forma limitada dentro de una dieta adecuada.
9. Acudir al dermatólogo, médico especialista en el tratamiento del acné, que individualizará el tratamiento, seleccionando la crema o las pastillas según el sexo, edad y tipo de acné de cada paciente.
10. Las marcas, en formas de cicatrices o zonas rojas, van a mejorar de forma notable con el paso de tiempo, por lo que muchas veces no es necesario ningún tratamiento para ellas. Cuando no desaparezcan o si se desea acelerar su mejora, existen tratamientos muy eficaces en los que se emplean diferentes tipos de láser.
Marina Berrio
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