MADRID, 9 Agosto
La actividad cerebral puede predecir el consumo excesivo de alcohol en los adolescentes, según evidencia un estudio de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos). Así, los investigadores aseguran que se puede saber «qué niños están en riesgo de convertirse en bebedores con problemas».
Hasta la fecha se sabía que la ingesta excesiva de bebidas espirituosas afecta el cerebro de los adolescentes en su desarrollo. Sin embargo, gracias a este trabajo de investigación publicado en la revista ‘Journal of Studies on Alcohol’ ahora se conoce que este órgano ofrece datos de la predisposición para beber.
Para alcanzar estas evidencias, el equipo de investigación dirigido por la doctora de la universidad californiana, Lindsay M. Squeglia, realizó resonancias magnéticas especiales a 40 niños no bebedores de entre 12 y 16 años de edad. Tras ello, se efectuó un seguimiento de los mismos durante tres años y se constató que el 50 por ciento de ellos comenzó a ingerir bebidas alcohólicas.
Una vez analizados los datos, los expertos observaron que los niños que en un principio mostraron una menor activación de ciertas áreas del cerebro «tuvieron un mayor riesgo de convertirse en grandes bebedores pasado el proceso». Por el contrario, una vez que comenzaron a beber «mostraron una mayor actividad en el cerebro cuando intentaban llevar a cabo pruebas de memoria».
«Eso es lo contrario de lo que cabría esperar, debido a que sus cerebros deben ser cada vez más eficientes a medida que envejecen», manifiesta en relación a ello la doctora Squeglia. Además, destaca que esta coyuntura «sugiere que podría haber algún tipo de vulnerabilidad preexistente».
No obstante, la experta ha querido aseverar que el hallazgo logrado «no significa que los adolescentes vayan a empezar a tener imágenes por resonancia magnética de sus cerebros para ver cuáles podrían comenzar a beber». Pero si considera que los resultados obtenidos «dan pistas».