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Mónica Díaz-Ponte: «Queremos ciudadanos digitales conscientes, no personas atemorizadas o con prohibiciones que no se ra

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Los adolescentes y preadolescentes son una generación de nativos digitales que con sus dispositivos electrónicos tienen a su alcance un sinfín de ventajas antes inimaginables, y ahora también están expuestos a numerosos peligros, sobre todo a su edad, cuando su inexperiencia en el mundo online les puede resultar arriesgada.

Para saber estar en el mundo digital, entender sus normas y reglas, aprender todos sus recursos de diversión y relaciones sociales, Mónica Díaz-Ponte, experta en marketing y entornos digitales, acaba de publicar Conectad@s sin apagar el cerebro (BoldLetters serie Chic@Genial), una guía práctica, divertida e ilustrada para que los adolescentes y preadolescentes puedan navegar seguros y aprender a sacarle partido.

Conectad@s sin apagar el cerebro

¿Cómo podemos ayudar a los adolescentes a discernir entre su entorno virtual y su vida real?
Esta es una pregunta muy compleja. ¿Van a tener los adolescentes un entorno virtual y una vida real por separado? Quizás suene polémico, pero no lo creo. Creo que debemos hacer que sean capaces de disfrutar de un mundo con grandísimas oportunidades no digitales, digitales, y lo que yo llamo mixtas (en donde se mezclan ambos mundos), en el libro les explicamos que ¡son unos grandes afortunados! La primera generación que puede disfrutar de un entorno tan rico y complejo, con las ventajas de “antes” y las de “ahora”.

El mundo online puede resultar complejo y arriesgado, ¿cómo despertar en los chicos la capacidad de autoprotegerse de determinados riesgos?
Con conocimiento. Deben entender no solo los riesgos en sí, sino el entorno que los produce y los objetivos de los que delinquen o generan conductas perniciosas. ¿Para qué me piden datos? ¿Para qué alguien falsifica la foto de su perfil? ¿Qué ganan con ello? Queremos ciudadanos digitales conscientes, no personas atemorizadas o con prohibiciones que no se razonan. Para ello hay que darles las herramientas y la comprobación de que ellos son capaces de “pilotar”, además de algo que para mí es fundamental, la consciencia de que confiamos en ellos.

¿Qué necesitan los chicos para realizar una navegación segura y aprovechar al mismo tiempo los grandes recursos que tiene el mundo digital?
De nuevo conocimiento y comprensión del ecosistema. Es un ecosistema riquísimo, en donde cada uno en sus aficiones puede acceder de forma remota a sitios donde antes era inimaginable, ¿quieres ser médico? Aquí tienes una charla del último premio x explicando el proceso y, por cierto, te van a dar un diploma de asistencia que te servirá como súpercurriculum en las universidades, incluso, podrías hacer un curso en Harvard por 35 euros con 15 años ¡Nada te lo impide! Es que me gusta es pescar, el mundo entero de la pesca está ahí; ver en directo espectáculos, jugar una partida de ajedrez con alguien en Suecia… ¡es tan espectacular y tan inmenso! El mundo es pequeñito, todo está a tu alcance. Como siempre para bien y para mal, pero como explicamos en el libro, al final son unas normas que manteniendo un estado de “consciencia” en la navegación, se pueden llevar a cabo con facilidad. Y ante la duda, la familia, siempre decimos “tus adultos de referencia”, es el comodín de la duda, si un chico/a duda, debe consultar con sus adultos de referencia.

¿Qué reglas o normas consideras más importantes, imprescindibles y que hay que conocer?
Ser crítico: nunca jamás dar datos personales, sean nombres, números o fotografías por supuesto a desconocidos o dejar la información en la red, pero creo que incluso a conocidos. Ni nuestros, ni de nadie que conozcamos. Los amigos ya tienen información por otras vías y además, hay una enseñanza detrás de la palabra “amigo” que podría tener otra conversación completa. Nunca se dan datos, a nadie y les explicamos los motivos y qué se puede hacer con esos datos.
Jugar a juegos y estar en plataformas adecuadas para la edad. Ahí los padres debemos vigilar, posiblemente, pero en estas edades, en donde pueden jugar o acceder desde casa de amigos o el móvil de otra persona, lo suyo, es que sepan qué significa el límite de edad y el motivo por el que se utiliza. Debemos crear responsabilidad.
Aprender a distinguir comportamientos inadecuados, propios o ajenos, y con ello me refiero no solo ya a ser acosado (o ser un acosador), sino a detectar conductas sospechosas, desagradables y ser capaces de levantar la alarma.
Creo que estos 3 puntos son los mínimos básicos, pero existen detalles. En el libro hemos incluido un “Contrato de uso digital familiar”, nos parece importante tener este resumen de temas, acordados, hablados y de alguna forma resumidos, ahí nos salen 15 puntos importantes para “pilotar” en el mundo online.

¿Qué necesitan saber los adolescentes para reconocer una adicción tecnológica?
Como cualquier adicción es muy complicado: imaginemos a una persona joven, mucho más difícil, sin embargo, hay síntomas que les indicamos y que creo que van a poder analizar, es más, les pedimos que lo piensen, que piensen en este tipo de reacciones: ¿Tienes miedo de perderte algo y tienes que estar todo el tiempo comprobando el WhatsApp, email, redes? Esto es un síntoma de problemas. ¿No puedes dejar de jugar o si alguien intenta pararte te provoca rabia o enfado? ¿No te diviertes de otra forma? Pero hay mucho más que esto, están expuestos a una gran presión, a la presión del juicio constante, de las apariencias, los falsos amigos…. Necesitan entender las normas de cortesía, pensar en ellas; necesitan entender los plazos de respuesta adecuados… de nuevo, hay que darles herramientas. Cuando tu hijo va a conducir un coche debe estudiar las normas, pero aunque no hay manual para pilotar online, les damos dispositivos. No tiene sentido.

El mundo de los influencers, ¿les ha influido para bien o para mal?
Para bien y para mal como cualquier ídolo en cualquier época, pero elevado a la enésima potencia en cuanto a número y capacidad de alcance. Hay todo tipo de influencers, por desgracia la mayoría utilizan temáticas de consumo rápido, poco formativas, que implican muy poca concentración, esfuerzo y con un componente comercial elevado. También tenemos a gente que enseña cosas chulas, comparte conocimiento de todo tipo y enseña trucos estupendos (cocina, fotografía, tecnología, etc.). Entiendo que tu pregunta va más dirigida hacia los “típicos” influencers guapos y aspiracionales, con vidas estupendas que parece que no trabajan y que hacen muy poco esfuerzo para conseguir lo que tienen. Bien, no es verdad que los influencers sean unos tipos que les ha caído del cielo toda esta vida, que además es dura. Los influencers son empresas y es un trabajo duro y expuesto, y así se lo explicamos.
De otro lado está el “postureo”, que es un tema complicado en esas edades en donde la seguridad a veces está impactada por el grupo, ahí es importante que conozcan las realidades, que conozcan las herramientas que hay detrás de una gran foto, que sepan distinguir a los amigos y su valía de los “likes”… la verdad, hemos tratado de tratar todos estos temas, porque son para mí, muy importantes. De nuevo siendo positivos, ¿quieres ser influencer? Estupendo, prepárate para estudiar duramente, trabajar 365 días al año, sufrir la exposición diaria a una evaluación, a miles de personas que te van a querer y a otras tantas que te van a odiar, a que todo el mundo sepa tu vida, a no parar de pensar en este tema porque no habrá más vida, a gestionar estadísticas y análisis diariamente… seguramente estarás en el 90% que no despuntan absolutamente nada (no es que no sean famosos, es que ni despegan de 1.000 seguidores). Esta es la realidad y ellos deben saberlo.

Y qué impresión tienen de su huella digital, ¿se toman los adolescentes este tema en serio?

Mi impresión y no tengo datos de estudios realizados sobre el tema, es que en esto los adolescentes tienen la misma percepción que en todo, el futuro no tiene la misma dimensión que para un adulto, ellos piensan en ser “viejos a los 30” y lo ven muy lejos, al igual que el riesgo tampoco existe. Por lo tanto, es un problema poco tangible para ellos. Es inherente a la edad y creo que debemos explicarlo considerando esta circunstancia.
Mi objetivo con este tema es que comprendan la “trascendencia” de los actos en un entorno con memoria, con ejemplos concretos, explicándolo con impactos que son cercanos para ellos (por ejemplo, aceptación en la universidad) y así lo se lo hemos explicado. Les pedimos que se busquen en la red, que lo hagan con sus padres y que ellos también se busquen. Es importante ser consciente de quién eres en la red, de qué aparece sobre ti. Al mismo tiempo aportando una guía de en qué circunstancias puedes quedar “registrado” y dándoles pautas para evitarlo.

¿Qué crees que necesita esta generación de preadolescentes para bajar las altas cifras de ciberacoso que sufren los adolescentes y jóvenes en la actualidad?

Este es un problema muy profundo, digital y no digital, que creo que tiene un origen previo al uso de las redes, siendo las redes una palanca importantísima en la difusión, pero no son el origen en sí. Creo que es muy importante aprender a prevenir con comportamientos globales que anticipan los problemas, aprender a detectar y no aceptar conductas iniciales y por supuesto las graves, tanto por parte de las víctimas como de los agresores, que lo creamos o no, muchas veces no se reconocen en el papel y que, de otra forma, también sufren.

¿Qué diferencia a este manual ilustrado de otros con la misma temática para los nativos digitales preadolescentes?

Fundamentalmente 4 cosas: en primer lugar, la perspectiva del marketing digital, que en mi caso es el de una profesional digital desde hace casi 25 años, y en concreto en Marketing Digital y Redes Sociales. Los preadolescentes navegan en un entorno que los profesionales, en parte, vamos creando. Además, nuestra visión es diferente, sabemos lo que les gusta, analizamos sus comportamientos, y por supuesto, conocemos los peligros, los trucos, la publicidad, la existencia de piratas y creadores de opinión… al pensar en los preadolescentes, y en lo desprotegidos que están, empecé a fraguar este libro. Creo que es mi responsabilidad, además de tener un propósito precioso. En segundo lugar, el objetivo de fomento del diálogo en familia. No solo los jóvenes necesitan una guía, es que la familia también. El libro genera permanentemente momentos donde se pide compartir navegación, opiniones, plataformas y por supuesto situaciones y peligros. El libro quiere que los lectores en cada capítulo tengan al menos un momento de “enseñar” a sus padres y plantear temas a la hora de cenar o incluso en el aula. Creo que los padres también van a sorprenderse. En tercer lugar, el humor y el tono positivo en donde Internet es un mundo complejo, pero he tratado de alejarme de tonos dramáticos y alarmistas. Es real, hay peligro, pero también hay espacio para ser “disfrutones” y aprender un montón. Se trata de aprender a tener capacidad de decisión y, sobre todo, de ser muy conscientes. Y por último, el contenido, que es un contenido serio, con profundidad en muchos casos que quizás muchos adultos no conozcan (la mayoría) y con la intención de formar de forma real en disciplinas digitales. No se trata solo de una guía de navegación, también es una introducción al mundo digital, incluyendo la comprensión sobre el marketing digital y como las marcas nos venden o las personas se posicionan en las redes.

En su interior, encontramos viñetas, esquemas y ejercicios, ¿crees que mostrar el contenido con esta presentación es un gancho imprescindible para los adolescentes?
La verdad es que no lo he creado pensando en que sea como tal un gancho para esta edad, sino que lo haría similar para cualquier edad: aprender practicando, experimentando y comprobando, es muchísimo más efectivo que leer conceptos teóricos. En el libro se ofrecen conceptos con una presentación que pretende ser divertida y además muy tangible, no queremos a los chicos/as “creyendo” lo que leen, los queremos probando, comprobando, entendiendo y formándose una opinión. La creación de criterio es fundamental en todo el libro. Es parte incluso de su título: “Conectad@s sin apagar el cerebro”. Por otra parte, confieso que me encantan las guías que pueden ser abiertas en cualquier momento por cualquier página y ser una aventura, y eso he pretendido crear.

Marisol Nuevo Espín

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