El cerebro del ser humano comienza a desarrollarse desde el momento de su nacimiento. Un proceso que se extiende hasta la adolescencia, etapa en la que cada persona termina por alcanzar el máximo de su madurez. Muchos son los cambios que atraviesan los jóvenes en estos momentos, permutas que también se dan a nivel cognitivo y que pueden aprovecharse para estimular el aprendizaje de este grupo de población.
Para tener éxito en esta estimulación del aprendizaje en adolescentes, desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, se ofrecen varios puntos que tienen influencia directa en estas habilidades de los más pequeños. Un recordatorio al papel que juega la familia en este terreno ya que colegios e institutos enseñan, en el hogar se impulsa estas destrezas.
Factores que influyen en el aprendizaje
Desde AEPap se indican los siguientes puntos como los que mayor influencia tienen en el desarrollo del aprendizaje en los adolescentes:
– La motivación y el esfuerzo. La motivación impulsa a toda persona pasar a la acción y persistir cumplir sus objetivos. Una fórmula para trabajar en ella es el prisma desde el que se ven los fracasos, no hay que decaer, sino más bien como una oportunidad de pensar en los errores, tomar nota y mejorar en el futuro.
– La autoestima. Hay que recordar que la adolescencia es una etapa de cambios e inestabilidad, si los jóvenes no se sienten capaces de cumplir con sus misiones, no van a tener interés en persistir.
– El desarrollo cognitivo. En la adolescencia se alcanza el techo del desarrollo de algunas de estas funciones pero otras como la resolución de problemas y la memoria de trabajo siguen evolucionando. En esta maduración intervienen factores genéticos pero también factores sociales y culturales.
Incentivar el aprendizaje
¿Qué puede hacer la familia para estimular el aprendizaje en los adolescentes? AEPap refleja las siguientes:
– Hablar con los hijos. Los padres deben interesarse por su mundo, por lo que han hecho y han aprendido en la escuela o en el instituto. Al mismo tiempo, se les debe hacer ver la importancia que tiene para su futuro.
– Enseñarles a valorar el esfuerzo y cómo gestionarlo. Un hábito de estudio regular tiene muchos más beneficios que un arreón final. La regularidad mejora la eficacia, la efectividad y previene los «atracones» de última hora.
– Ayudarle en el estudio:
Ofrecer su propio lugar de estudio. Un lugar ventilado, iluminado y en lo posible con ausencia de ruidos.
Ofrecerles ayudas en el estudio: diccionario, subrayardor, técnicas de resúmenes, etc.
– Al hablar de resultados académicos, hacerlo en términos positivos y tratar de dar con la fórmula para mejorar los errores del pasado.
– Entrenar la atención y concentración.
– Practicar deporte. El deporte en la adolescencia tiene mucha importancia. Mente sana, en cuerpo sano. Estas prácticas ayudan a evadirse y a relajarse en los momentos de mayor tensión.
Damián Montero
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