Si crees que pertences a ese grupo de padres que piensan que vuestros hijos os cuentan pocas cosas, bienvenidos. Si os encontráis en esta tesitura, siempre ayuda escribir en un papel, carta o mail lo que a uno le pasa, con el fin de expresar claramente sentimientos, emociones y preocupaciones. Os puede venir bien a vosotros y a vuestro hijo también.
Pero también ocurre que de repente empiezan a cuestionar todo lo que decimos, que critican todo lo que hacemos, y nos parece que nuestro hijo/a ha cambiado que no es el mismo o no actúa como antes.
¿Se ha vuelto mi hijo/a contra mi?
Se preguntan muchos padres y madres. La respuesta está en que se encuentra en la etapa de la diferenciación, que se caracteriza de dos modos:
DIFERENCIACIÓN CON: Coge de ti, padre o madre, lo que le parece bueno y no respeta el resto.
DIFERENCIACIÓN CONTRA: No está de acuerdo en nada de lo que le dices. Busca ser él. Una veces con razonamiento y otras, dejándose llevar por sus impulsos.
Revisa si tu actitud con él o ella es siempre de réplica en lugar de ayuda.
8 claves para llevarse bien con tus hijos adolescentes
Para tener una buena relación con tus hijos adolescentes y evitar distanciamientos que luego son más dificiles de remediar, toma nota de estos ocho consejos que pueden evitar roces y conflictos:
1. Mucha paciencia. Eso no quiere decir que le consientas sus malos modos y falta de respeto y no le pongas límites. Sois sus padres. Debéis y tenéis derecho.
2. Escucharle. Es vital. Comprender y saber lo que tu hijo piensa sobre la vida, los demás, él mismo. Después de escucharle y comprenderle, dale criterios y pautas que le ayuden a crecer y madurar.
3. No entrar en conflicto con él. Dile lo que piensas sobre su conducta, sobre sus amigos, sobre sus ideas. Oblígale a que te escuche y a reflexionar lo que le has dicho. Luego, podéis conversar al respeto.
4. Interesarse por su vida sin interrogarle. En ocasiones es difícil, pero esta es la línea a seguir. Ponte en su lugar, a ti tampoco te gusta que tu marido o tu mujer «te interroguen». Hay una diferencia.
5. No vuelques tu ansiedad en él. Te preocupa que se deje arrastrar por amistades, que obre mal, que saque malas notas, que se haga daño a si mismo. Comunícaselo con serenidad, sin «mantenerlo a raya» por si acaso. En esa actitud no están los límites.
6. Ayúdale a comunicar sus emociones. Que sepa él como te sientes tu ante una determinada actitud suya, y que te cuente cómo se siente él ante un hecho concreto, preocupación o decisión tuya como padre.
7. No te desahogues con él. Una cosa es transmitirle nuestras emociones y preocupaciones, y otra distinta descargarnos con él. El no está capacitado, por ejemplo, para hacer frente ni escuchar nuestros problemas con nuestro marido o mujer.
8. Respétale sus momentos de intimidad. Le ves preocupado pero no quiere contarte lo que le pasa. No le agobies. Pero que sepa que puede contar contigo para lo que le necesites.
Marta Casas. Licenciada en Pedagogía y Orientadora Familiar del Gabinete Nagore.
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