El alcohol es uno de los productos más nocivos para los adolescentes. Las personas en esta etapa de su vida se encuentran aun desarrollándose por lo que el consumo de estas bebidas puede causar serios problemas de salud que afecten a su futuro a largo plazo. Por ello existe mucha información sobre los riesgos que conlleva la ingesta de este tipo de artículos.
Sin embargo toda esta información no consigue frenar el consumo de alcohol en adolescentes. Los jóvenes siguen bebiendo estos productos aun conociendo todos los riesgos, ¿por qué? ¿Qué es lo que lleva a estas personas a actuar así pese a saber que a la larga habrá consecuencias negativas? El ejemplo que den los padres tiene la explicación
Predicar con el ejemplo
Hablar de las consecuencias del alcohol es una cosa y predicar con el ejemplo es otra. De nada sirve dar largas charlas sobre los efectos negativos que tendrá la ingesta de este tipo de productos si luego los adolescentes ven a sus padres abusando de estas sustancias y entendiendo por tanto que este es un comportamiento sin riesgo alguno. El primer paso para inculcar hábitos saludables a los niños es convertirse en un referente para ellos.
Desde que son pequeños, los niños deben ver que sus padres siguen los mismos valores que predican. Hay que evitar las grandes ingestas de alcohol delante de los más pequeños y bajo ninguna circunstancia hacer ver a estos que beber estas sustancias es algo divertido y con lo que pasárselo bien. Hay que dejar claro que sólo los mayores pueden usar estos productos y las consecuencias negativas que puede tener para su organismo el consumo antes de tiempo.
Sentimiento de rebeldía
Otro de los motivos que lleva a un adolescente a beber aun conociendo los riesgos es el sentimiento de rebeldía experimentado en esta etapa de su vida. Enfrentarse a sus padres, a la «autoridad» en el hogar es algo común. Esto les lleva a decir no a estas normas sobre el alcohol y mostrar su disconformidad haciendo caso omiso de lo que le piden sus «anticuados padres».
Qué pueden hacer los padres
Los padres deben apostar por una educación en la que dejar muy claro los riesgos derivados del consumo de alcohol. No simplemente dar un listado de riesgos a los que se enfrenta quien bebe estas sustancias, sino asegurarse de que este compendio es entendido por su hijo. Hacerles ver que es algo realmente peligroso y que puede dar al traste con su salud.
Desde pequeños los padres deben estar muy presentes en el proceso de maduración de sus hijos, estar muy presentes cuando surjan sus dudas y como se dijo antes, predicar con el ejemplo. Convertirse en un apoyo del pequeño durante su crecimiento y enseñarle responsabilidad, capacidad de decisión y hacer ver al niño que más que un enemigo el progenitor es una ayuda con experiencia que puede darle buenos consejos.
Incentivar el sentimiento de responsabilidad ayuda en gran medida. Por un lado habrá que dejar claras una serie de normas de obligado cumplimiento en caso de que haya salidas con los amigos. En caso de infracción, habrá consecuencias como negativa a permitir acudir a otro evento de estas características, por otro lado si el adolescente se ha mostrado capaz de asumir esta «legislación», los padres pueden contestar brindándole más confianza.
Damián Montero
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