A menudo se piensa en el juego como una actividad reservada para los más pequeños de la casa. Sin embargo, a medida que crecen los hijos, se puede adaptar a la edad de los mismos. Incluso durante la adolescencia debe invertirse tiempo en este sentido. De hecho durante esta etapa se recomienda apostar por ello dado que se trata de un una fase de crisis física y psíquica.
El joven pasa por una etapa transformación donde debe descubrir su nueva identidad. Por ello se presentan comportamientos compulsivos y en ocasiones depresión, irritabilidad, rebelión contra la autoridad, etc.). Por este motivo el juego es una actividad que se hace porque apetece y divierte haciendo olvidar estos problemas.
La importancia del juego en la adolescencia
Tal y como se indica desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, el juego en la adolescencia es muy importante por diversos motivos entre los que merece la pena destacar:
– Permite aprender valores y lecciones para toda la vida de forma divertida. Es fundamental para el desarrollo de capacidades y cualidades.
– Mejora el conocimiento de uno mismo. Potencia la autoestima.
– El juego amplia las relaciones sociales. Lo hace a través del trabajo en equipo, el respeto, la aceptación de normas y la cooperación.
– Puede servir para reducir conductas de riesgo (violencia, abusos, consumo de sustancias, sexualidad precoz y embarazos no deseados, obesidad, bulimia, etc.).
– Fomenta la imaginación y la creatividad. Produce una evasión en la vida, necesaria para mantener un equilibrio emocional y afectivo.
– Aporta alegría, placer y satisfacción.
Juegos en la adolescencia
Como ya se ha dicho, el juego se entiende como una actividad de pequeños, existen otras prácticas
– Juegos de mesa: damas, ajedrez, parchís, etc.
– Juegos de estrategia e ingenio. La intención es potenciar las habilidades cognitivas de los adolescentes.
– Juegos de palabras. Favorece su desarrollo cognitivo y de memoria.
– Juegos de preguntas, que permiten demostrar conocimientos en distintas temáticas. De esta manera también se desarrolla la cultura y los conocimientos de los más pequeños.
Damián Montero
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