Todos los adolescentes tienen aficiones como escuchar música o ver cine. Por supuesto, entre estos jóvenes existe una lista de favoritos a quienes siguen y esperan sus nuevos lanzamientos. Sin embargo, en algunas ocasiones esta afición se transforma en algo más y termina derivando en un fenómeno fan que roza con la obsesión.
Muchos adolescentes ven en sus cantantes, actores o youtubers favoritos como un modelo a seguir en todos los sentidos. Algo que puede rozar con los valores que enseñan los padres a sus hijos y que puede suponer una piedra en el camino de este aprendizaje. Por este motivo los progenitores deben estar atentos ya que el fenómeno fan termina afectando al desarrollo de la personalidad.
El origen del fenómeno
El fenómeno fan no deja de ser un mecanismo de imitación de un referente. Algo similar ocurre en los primeros años de vida de los más pequeños, en los que los niños realizan toda acción que vean en sus padres. Sin embargo, con el paso del tiempo, los medios de comunicación e internet construyen otros ídolos que se presentan a los jóvenes como modelos a seguir.
Tal y como se explica en el hospital Sant Joan de Déu la admiración que provocan estos ídolos entre los adolescentes provoca que no puedan interpretar la realidad de forma objetiva. Esto puede llevarlos a copiar actitudes que no son recomendables y a tener actitudes peligrosas. Además, esto impide a los jóvenes ver algunos aspectos como los siguientes:
– Cualidades negativas en el ‘ídolo’ y que son copiadas por los adolescentes. Un claro ejemplo es entender el actor de fumar como algo interesante.
– Muchos ‘ídolos’ son una invención del momento social. Las industrias discográficas y del cine crean personajes que desempeña un trabajo o una determinada función, y que por tanto lo hacen excepcional e único. En la vida real esta persona seguramente sea muy distinta
– Excepcionalidad de los ‘ídolos’. Un claro ejemplo son las estrellas del mundo del deporte. Pocos triunfan en este sentido y esto puede frustrar a los jóvenes que depositen sus esperanzas en ello. Una cosa es probar suerte, otra obsesionarse con que este sea el único camino a seguir.
La actitud de los padres
En este punto el papel de los padres no es impedir que los jóvenes escuchen su música favorita, vean encuentros deportivos o visualicen películas. La misión es evitar que el fenómeno fan termine por afectar a su juicio y prevenir que este hobby totalmente sano termine por convertirse en una obsesión que haga que no puedan desarrollar su personalidad.
Los padres han de controlar cualquier tipo de conducta. Se hace preciso, como en cualquier otro aspecto educativo, participar en el desarrollo de un hijo y vigilar que sus aficiones no les hagan descuidar sus obligaciones o que contribuya al inicio de conductas negativas como la iniciación en la bebida, al tabaco, consumo de drogas, o el interés obsesivo por la ropa que llevan sus ‘ídolos’.
Para ello nada mejor que hablar con los hijos sobre las decisiones y fomentar su espíritu crítico. La negociación es otro aspecto importante en las dinámicas de comunicación, con el fin de alcanzar acuerdos intermedios. Como se ha dicho no hay que coartar sus aficiones, sino hacer que las vivan de forma objetiva y que no terminen por obsesionarles.
También se ha de enseñar a loa hijos a admirar las cualidades de cualquier persona, no sólo de personajes famosos. Se debe educar en el respecto a la diversidad y hacer entender a los jóvenes que incluso las personas a quién más estima tiene, pueden llegar a tener atributos que no le agraden a él o su entorno.
Damián Montero
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