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Faltas de respeto: cinco líneas rojas que no se pueden traspasar

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No podemos aceptar entrar en la pendiente deslizante de las faltas de respeto en casa. Se puede discrepar, pero desde la educación. 

Es un camino sin salida y sin retorno. Cuando empiezan a producirse las faltas de respeto, si no se cortan de inmediato, van a más y se complican. Por eso es tan importante que dejemos muy claras las líneas rojas desde muy pequeños y que frenemos en seco cualquier comportamiento si se produce. Podemos hacer la vista gorda en otras muchas cosas, pero en estas, no. 

Jamás, bajo ningún concepto, se insulta

Podemos estar en desacuerdo con unos hechos o considerar que algo está mal, pero nunca toleramos los ataques con insultos personales.

El insulto desacredita al que lo profiere, porque le resta argumentos que justifiquen su enfado, y humilla o enfada al que lo recibe, con lo cual elimina la posibilidad de un entendimiento. Además, denigra a las personas y se convierte en una forma de presión emocional.

Ni un portazo, ni un golpe fuerte, ni tirar algo al suelo

No se admite ninguna forma de violencia física aunque no sea contra las personas. Es imprescindible que aprendan a controlar su ira. 

Uno de los aprendizajes más importantes en la vida es la necesidad de aprender a controlar las emociones y canalizar de la manera adecuada aquellas que sean negativas. Esa templanza es fundamental para su vida. 

Se escucha, se mira a los ojos y se respeta el turno de palabra

Mostrar desinterés y desidia, hacer que no nos importa lo que dice el otro, es una falta de respeto que sólo conduce a empeorar la situación. 

En las situaciones más encendidas es cuando más se necesita trabajar el diálogo. Eso requiere dejar hablar, escuchar al otro, no interrumpir sus argumentos, no dejar a nadie con la palabra en la boca y no hacer como que no nos interesa lo que está diciendo. 

No se miente nunca, ni siquiera las mal llamadas “mentiras piadosas”

La familia es el lugar en el que el amor está garantizado más allá de nuestro comportamiento así que se reconoce el error porque se perdona el error. 

Las llamadas “mentiras piadosas” o “mentiras blancas” acaban por provocar que las relaciones interpersonales estén atrapadas 

No se utiliza el chantaje emocional como argumento

Es un arma extremadamente peligrosa que enturbia las relaciones personales. Es importante distinguir entre los hechos, las emociones que nos producen y nuestros vínculos. 

Aunque los sentimientos de los demás son importantes, la ética debe estar más allá de la valoración que los demás vayan a tener de nosotros, por eso es fundamental no basar las necesarias correcciones en situaciones emotivistas que atrapen al que lo ha hecho mal y le impidan ver la razón de fondo por la que no debió obrar así. 

María Solano Altaba

Directora de Hacer Familia

Profesora de la Universidad CEU San Pablo

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