Terminar el horario del colegio no quiere decir que se pause el proceso de aprendizaje. Muchas son las actividades que se pueden realizar en el día a día y que otorgan distintas destrezas a los hijos, y no solo a los más pequeños, también los adolescentes pueden participar en ellas. Las extraescolares tienen que ser realizadas por los jóvenes para interiorizar distintas habilidades.
De hecho, tal y como señala la psicóloga Alejandra Daniela Calero, son unas actividades muy recomendables en los adolescentes ya que esta etapa es adolescencia es un ciclo vital determinante en el desarrollo del individuo. En estas edades los hijos interiorizan habilidades, competencias, y otras destrezas que utilizarán en su futura vida adulta. Una muestra de cómo las extraescolares tienen una gran importancia para ellos.
¿Qué se desea mejorar?
A estas edades es probable que los adolescentes ya hayan practicado alguna extraescolar durante su infancia. Desde integrar un equipo de fútbol, cursillos de natación, hasta clases de música. ¿Busca la familia seguir apostando por un talento ya existente o tratar de mejorar otras destrezas? Lo mejor en este punto es concertar una cita con el tutor de los jóvenes.
Estos podrán dar pistas sobre algunas carencias que puedan presentar el currículum académico del adolescente. Inglés, refuerzo de alguna asignatura, etc. Además, esta figura del cuerpo docente puede también exponer a la familia, y al propio adolescente, la oferta de extraescolares que existe en el propio centro escolar tiene. El orientador también puede ser de gran ayuda.
Aquellos adolescentes que no saben muy bien qué extraescolares les conviene, pueden acudir al orientador para saber mejor qué lo caracteriza y qué actividades se corresponden con estos gustos. De esta forma no solo se tendrá en cuenta las necesidades escolares de los jóvenes sino que además también se valorarán las intenciones de quienes van a practicarlas.
Evitar la sobrecarga
Hay que tener en cuenta también que a estas edades la carga de estudios es mayor, por lo que se debe recordar la necesidad de descanso. En este sentido, las extraescolares también pueden servir como forma de desconectar. Los gustos del adolescente pueden marcar una práctica que además de enseñar también divierta y permita que pueda evadirse en estas horas.
También es importante motivar al adolescente. Por ejemplo, es posible que el adolescente atraído por uno de sus grupos favoritos quiera iniciarse en un instrumento. Los padres han de recordarle la dedicación que requiere aprender estas habilidades y al mismo tiempo mantener la motivación. Un buen consejo en este sentido es pedir que se les enseñe qué han aprendido, ya sean unos acordes de guitarra o programación en ordenador.
Por último, no hay que olvidarse del futuro del adolescente. De las reuniones con el orientador pueden deducirse qué extraescolares podrían ayudar de cara a la carrera que quiera iniciar. Programación, aprender a dominar herramientas de diseño, etc. No hay que negar la importancia que pueden tener estas prácticas para que el joven conozca el mundo en el que quiere sumergirse.
Damián Montero
Te puede interesar: