Cuando tratamos de vincular el tema del tabaquismo a la adolescencia, madres y padres ponen cara de terror. ¿Cómo lo hago? Los jóvenes de hoy, ya se sabe, son imposibles. Vamos, como siempre ha sucedido. ¿Os acordáis de vuestra adolescencia? Los adolescentes de este 2020 se comportan como los de los últimos siglos. Desafiantes. Buscando los límites. Experimentando con lo que parece prohibido… Marcando las distancias con los adultos que les rodean y a la vez identificándose con su grupo de referencia.
¿Por qué el comportamiento y las conductas de los adolescentes siempre han sido así? Vayamos por partes. La preadolescencia y la adolescencia es el momento en que los hijos e hijas desarrollan los comportamientos que han aprendido, crean interacciones conexiones sociales, en muchos casos, al margen de las que conocen sus familias. Y decimos conexiones porque ese es un factor diferencial de esta generación: la conexión, las redes, sus redes.
En este momento de su vida experimentan con conductas, como fumar o vapear, porque las ven en amigos, en sus redes, en personajes que admiran, que han visto en adultos a los que aspiran parecerse algún día (aunque nos cueste creerlo los padres somos un modelo a imitar).
Educación para la salud en tabaquismo
Los adolescentes son muy sensibles a las influencias de su entorno. Pueden estar expuestos a imágenes que hacen ver a los fumadores/vapeadores como personas interesantes, atractivas, rebeldes, que aman la diversión, que les gusta correr riesgos o que tienen otras características que admiran, los jóvenes querrán fumar también. Si además ven a otras personas consumir tabaco en sus casas, en sus amistades… aumenta la probabilidad de que se inicien al consumo del tabaco o cigarrillos electrónicos o cachimbas.
Sin embargo, la buena noticia es que a la vez son más susceptibles a aprender. Por este motivo, madres y padres tenemos que estar dispuestos a aceptar nuestro papel de educadores, ya que la educación no sólo puede recaer en las escuelas. Tenemos que aceptar que los padres somos modelos para ellos.
Dejar de fumar: charla motivacional
Por eso, y es una recomendación, si fumáis, podéis plantearos dejar de fumar. Si no quieres hacerlo, no fumes delante de tus hijos y si saben que lo haces, puede hablar de ello y decirles que comenzar a fumar fue un error, que una vez que se empieza es difícil dejarlo. Que fumar te enferma. Te vuelve adicto. Arriésgate a las críticas, acéptalas y… puede que sea un buen motivo para dejarlo. ¡Qué mejor modelo!
Una regla sería entonces que en casa no se fuma. Pero no basta con eso. Es necesario hablar con los adolescentes, no tratándoles como a niños… aunque aún no sean adultos. Preguntar sobre lo que saben del tabaco, de los cigarrillos electrónicos/vaper. Hablar de si fuman sus amigos o conocidos, sus influencers, sus ídolos…
Cuando vean en la televisión, aunque los jóvenes de hoy en día no la ven mucho, o en sus redes, vídeos o imágenes engañosas, que son las que usan las empresas tabaqueras para anunciarse, en las que el acto de fumar es sano, divertido, un reto, una manera de ser seguido en redes, analízalo con calma, escuchando, pero dando información verdadera y adaptada a su edad.
No hables de que es peligroso: les animará a probar. Céntrate en efectos negativos que se darán pronto: el mal olor en la boca, los dedos amarillos, la ropa apestosa, como poco a poco les costará hacer deporte…
Y, sobre todo, no olvides este punto: la nicotina es adictiva. Es una palabra que suena dura. Explícasela. La esclavitud, la abstinencia… la pérdida de libertad…
Pero si ya fuma, aconséjale a él/ella que deje de fumar. No hay que buscar discusiones, no son necesarias. Si la norma en casa es que no se fuma… debe haber consecuencias. Sin embargo, hay que tratar el tema con calma. ¿Por qué fuma? ¿Lo necesita para ser parte del grupo? ¿Ha probado a ver qué pasa? ¿Sabe qué efectos inmediatos tendrá para su salud? Hablar, hablar, hablar… pero con normas claras. Y, si eres tú el que fuma puedes proponerle dejarlo juntos. Será todo un reto que os vinculará con fuerza. Aumentará la confianza, la complicidad.
Si dudas, infórmate. Pregunta a profesionales expertos. La adolescencia es un mal momento para comenzar a fumar por ser un periodo en el que la persona está más vulnerable, por estar en pleno desarrollo. Pero es el mejor momento para dejarlo o… para ni siquiera empezar a hacerlo.
Más allá del cigarrillo convencional: cachimbas y cigarros electrónicos
Ahora los productos disponibles para el consumo de nicotina no sólo se limitan al uso exclusivo del cigarrillo convencional, sino que la industria tabacalera ha sabido aprovechar el desarrollo tecnológico y las nuevas tendencias lanzando al mercado productos que han diversificado la forma de fumar y ha ampliado el público al que van dirigidos.
Para lograr la introducción del consumo en los menores ha puesto un esfuerzo millonario en crear tanto el cigarrillo electrónico, conocido como vaper , como los productos de tabaco calentado sin combustión, que son productos tecnológicos que poseen características atractivas para los jóvenes, tales como colores, formas y sabores variados que aumentan el consumo, demostrándose que en España casi la mitad de los jóvenes entre 14 y 18 años ha usado por lo menos una vez el cigarrillo electrónico.
Por otro lado, la percepción de riesgo para la salud de estos productos se encuentra disminuida entre sus usuarios y se han utilizado erróneamente como herramienta para dejar de fumar, por lo que es importante puntualizar que:
1. Las sustancias químicas que contienen no se encuentran libres de riesgos para la salud. Además pueden contener nicotina, lo que aumentaría la adicción a estos productos y podrían ser la entrada al consumo de tabaco convencional.
2. No son productos destinados para dejar de fumar. Actualmente existen terapias eficaces para dejar de fumar, por lo que el uso de estos productos con estos fines no están justificados.
El tabaco y la COVID-19
Según la Encuesta Nacional de Salud del año 2017, un 18,8% de mujeres y un 25,6% de hombres fuman a diario, lo que significa que el 22% de la población española fuma todos los días. Esto ha tenido como consecuencia que 52.000 personas en España mueran prematuramente por alguna enfermedad relacionada al consumo de tabaco.
Sin embargo, estos datos podrían aumentar si consideramos que estudios recientes han demostrado que las personas fumadoras tienen hasta dos veces más probabilidades de presentar síntomas severos si contraen COVID19, lo que significa que los consumidores de tabaco tienen más probabilidades de ingresar en la UCI, requerir ventilación mecánica o fallecer a causa de la enfermedad.
Marina Berrio
Fuente: Asociación Española Contra el Cáncer (AECC)
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