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Cuando lo virtual crea un problema real en la adolescencia

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¿Quién no está pendiente de su móvil todo el día? Tenemos tan asumido que vivimos en una era de adicción a los dispositivos que no nos damos cuenta de que la línea que la separa de la obsesión es muy fina. Por eso ya surgen los primeros centros y programas para desengancharnos del mundo que encierra ese pequeño aparato tecnológico. Nos toca estar atentos a nuestros jóvenes en casa… y a nosotros mismos…

¿Tiene tratamiento la adicción al smartphone?

Como para todas las adicciones, mejor prevenir que curar. Por eso es fundamental poner atención desde el primer contacto de los niños con las tecnologías y educarles en su uso adecuado y controlado. A partir de ese momento, deberemos estar preparados para que nos pidan el primer teléfono -que antes llegaba a los 12 años pero últimamente se ha adelantado a los 10 como regalo estrella en Comuniones-, y después las tarifas 4G para estar conectados permanentemente. Los expertos aconsejan retrasar al máximo posible la edad para tener móvil. Pero cuando llegue, tenemos que saber lidiar con él.

Habrá que regular entonces los tiempos que utilizan los dispositivos, condicionándolo con los tiempos que dedican al estudio u otras actividades, y fomentar estas últimas todo lo que nos sea posible. Y, por supuesto, educarles en el uso de Internet y las redes sociales como fuente de información y plataformas que pueden vulnerar su privacidad.

Sin embargo, a veces los métodos de prevención fallan, y no podremos evitar que los adolescentes hagan un uso compulsivo del móvil que les lleve a contestar a llamadas y mensajes de forma inmediata; así como que se vean anulados a la hora de autorregular el placer instantáneo que les proporciona el teléfono.

Cuando la adicción se transforma en trastorno debemos intervenir para que recobren el control y consigan «desengancharse». De hecho, ya son muchos los programas y centros que han surgido para atender concretamente este problema al ser conscientes de que se trata de una adicción cada vez más extendida y que requiere de un enfoque específico.

La Conserjería de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid ya ha establecido un Servicio Psicopedagógico de Intervención Especializada a Adolescentes y a sus familias, que cuenta con 200 plazas de atención a jóvenes de entre los 12 y los 17. Su método consiste en mezclar la terapia grupal con sesiones individuales de evaluación y atención específica. Asimismo, albergará un servicio especializado de asesoramiento psicopedagógico para enseñar a los adolescentes el uso inadecuado, el abuso y la dependencia de las nuevas tecnologías. Pero no solo a ellos, también a las familias y profesionales que quieran formarse en esta materia.

Muchos de estos centros dirigirán sus esfuerzos en evaluar el grado de pérdida de control y afección en la vida cotidiana, como es el caso de Proyecto Hombre. Si bien este surgió en un principio para ayudar con problemas de alcoholismo y drogadicción, ahora ya ha lanzado un Programa para Adicciones Sin Sustancias.

Ana Cemborain

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