Es muy común que las chicas adolescentes tengan complejos físicos. Algunas están disconformes con el tamaño o la forma de su nariz; otras se sienten demasiado planas; otras se quejan de sus cartucheras, de su silueta, del cutis y los granitos que lo cubren… Los complejos físicos que una chica adolescente puede enumerar, en contra de la imagen que tiene de sí misma, son tan numerosos como las partes que componen su propio cuerpo.
Complejos de las chicas a partir de los 13 años
Complejos físicos
A veces, estos complejos relacionados con el aspecto físico pueden llevar a las chicas adolescentes a realizar descontroladas dietas que pueden ser peligrosas para su salud. Aún no tienen ciertas habilidades para realzar sus cualidades u ocultar sus defectos físicos.
Granos: «Estoy horrible, me han salido un montón de espinillas»
Poco pecho: «Parezco una tabla lisa»
Mucho pecho: «Qué horror»
Cadera: «Con estas cartucheras puedo ir al Oeste»
Trasero: «Mis amigas se ríen de mí porque soy una culona»
Dientes: «Sandra sí tiene unos dientes bonitos: blancos»
Gafas: «Mi madre dice que tengo los ojos bonitos, pero con estos culo de botella no hay quien los vea»
Delgada: «Parezco un palillo, de lo delgada que estoy»
Guapa: «No me parezco a Natalia, todos los tíos no dejan de mirarla»
Otros: «Tengo las cejas demasiado espesas y no las sé depilar». «Soy muy morena y se ven los pelos en las piernas en verano». «Tengo un bigotazo»
Hay otros complejos infundados de aspectos de la persona en los que solo se fija la propia adolescente y que le producen gran preocupación: dedos de los pies muy largos, orejas despegadas, cuello largo, color de pelo, color de ojos…
Ligar
A veces, les preocupa más a las adolescentes el coqueteo y el ser atractiva que destacar por su estudio, por sus notas o por su personalidad. Pero a esta edad, las chicas adolescentes también se enamoran.
Ligar: «Estoy harta de que no me hagan caso y siempre hablen con las demás». «El chico que me gusta no me hace caso y encima se ha dado cuenta todo el mundo». «Hay un chico que no deja de darme la plasta».
Relaciones sociales
Fundamentalmente, los complejos se centran en el físico más que en las relaciones sociales, porque creen que con un buen físico llegan a todas partes. Una chica o chico con pocas dotes sociales tiene menos éxito a la hora de establecer relaciones comunicativas con otros u otras, puede caer en la timidez, no son populares.
«Siempre me pongo colorada»
«Soy una empollona y no salgo nunca»
Marcas y ropa
Se preocupan de tener estilo, de ser atractivas, de vestir igual que su grupo o pandilla, aunque si coinciden con una misma prenda puede ser motivo de vergüenza. Se preocupan mucho más de la ropa ellas que ellos, aunque es una tendencia que ha cambiado mucho.
«Soy la única que no lleva ropa de marca»
«Qué horror, si salgo con estos pantalones todas se reirán de mí»
«Me da vergüenza sacar este móvil del Pleistoceno»
6 consejos para lidiar con los complejos de las adolescentes
1. Cuidado con las etiquetas y cómo le decimos las cosas a nuestra hija. ¿Nos proyectamos en ella? «Hija, yo era más guapa a tu edad». Así le causaríamos un gran daño. Ha de encontrar seguridad en casa, porque lo creemos así: para nosotros, siempre ha de ser la más guapa… porque es nuestra hija. No necesitamos nada más.
2. Ofrécele lecturas y oportunidades culturales que eviten que tenga una visión frívola de la mujer.
3. Hablar de sí misma es vital. Los cambios biológicos producen transformaciones en su pensamiento, en sus sentimientos, en su relación con los demás. No resultará fácil, debido a la edad que están pasando, pero cuánto tendríamos ganado si pudieran, en esos momentos en que necesitan abrirse con sus confidencias, encontrarnos dispuestos.
4. Para que deje de pensar tanto en sí misma, su apariencia y su imagen es interesante que nuestro hija se abra a los demás: desde ayudar en alguna asociación de voluntariado hasta cuidar de un familiar enfermo.
5. Es posible llegar a acuerdos con la ropa, y es algo en lo que, a veces, deberemos ser transigentes. Hay ropa que no nos gusta, pero que no tiene inconvenientes: en esos casos, no hay que enzarzarse en discusiones y ceder en lo accidental, pero no en lo esencial.
6. Que haga deporte, en juegos de equipo, para aprender a ganar y a perder, y para no verse como centro de todo: voleibol, baloncesto, fútbol.
Si existen defectos reales, que le acomplejan, como el acné, kilos de más, etc. pueden buscarse soluciones apropiadas, algo que nuestra hija nos lo agradecerá: dietas controladas por endocrinos, acudir a un dermatólogo, sustituir las gafas por lentillas, etc. Hay que hacer lo posible para que nuestra hija, como mujer, se sienta atractiva. Esto no quiere decir una figura escultural, y así hay que hacérselo ver, sino de algo más profundo.
Ricardo Regidor
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