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Ayudar a aprender, contribuir a la educación del adolescente sin entrometerse

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El aprendizaje de los más pequeños es un proceso en el que los padres deben presentar su apoyo.

El aprendizaje de los más pequeños es un proceso en el que los padres deben presentar su apoyo. – ISTOCK

El aprendizaje es una etapa larga y dura. Sin embargo, toca seguir adelante y tratar de interiorizar las distintas lecciones que van llegando a lo largo de la vida. En algunas ocasiones las cosas se pueden poner cuesta arriba, momento en el que los padres pueden sentir que deben hacer las cosas algo más fáciles para sus hijos. Pero, ¿dónde está la diferencia entre el apoyo y resolver sus problemas?

Desde la Asociación Española de Pediatría y Atención Primaria, AEPap, se brindan varios consejos para ayudar al aprendizaje de los hijos. Recomendaciones que se centran, especialmente, en una etapa tan confusa como es la adolescencia. Una pequeña guía para ayudar al aprendizaje, pero sin entrometerse. Ayudar desde el apoyo y sin resolverles sus problemas.

Qué hacer y qué no hacer

Como se ha dicho, el principal obstáculo radica en encontrar la diferencia entre el apoyo y resolver sus problemas. Por ello, desde AEPap, se dan los siguientes consejos sobre qué pueden hacer los padres y qué no deben hacer:

Qué hacer:

– Reforzar lo positivo. Los padres deben apreciar el comportamiento positivo de sus hijos y mostrarse contentos cuando estas situaciones llegan.

– Dar buen ejemplo. Los padres nunca dejan de ser el espejo en el que se miran los hijos. Por ello su comportamiento debe ser el que ellos esperan.

– Coherencia. Los padres deben ser firmes con las reglas, y coherentes con ellas mismas. Las normas han de ser claras al igual que las consecuencias en caso de incumplirlas.

– Reconocer los propios errores. Como se ha dicho, hay que ser coherente con las normas. Nadie es perfecto, por eso, los padres también cometerán errores y cuando esto suceda, hay que reconocerlos y mostrar a los hijos que se puede aprender de estos.

– Preguntar. Los padres deben mostrar interés por cómo son sus hijos: gustos, aficiones y demás asuntos que les provoque motivación. De esta forma, los adolescentes se sentirán apoyados. Por supuesto, habrá que prestar atención a la contestación a estas preguntas y no aparentar solo.

En cuanto a lo que no hay que hacer:

– Críticas constantes. Los errores están para superarse y avisarse, no para regodearse en ellos ni recordarlos continuamente a los hijos.

– No ser coherente con las normas. Como se ha dicho, los padres deben ser coherentes con las mismas normas que ellos dictan y respetarlas para evitar darles una imagen de hipocresía.

– Resolver sus problemas. Los padres están para ayudar cuando vengan los problemas, nunca resolverlos por ellos mismos.

Motivarlos para aprender

El estudio puede ser uno de los principales obstáculos en el aprendizaje de los adolescentes. A estas edades los exámenes y trabajos escolares se hacen más difíciles, provocando una escasa motivación. Estos son los consejos que desde AEPap se brindan para revertir la situación:

– Hablar frecuentemente con los hijos sobre la importancia de estudiar. Favorece que puedan tomar conciencia de la importancia que tiene el estudio para su futuro y el desarrollo de su inteligencia. Debe explicarse lo positivo de estudiar y lo negativo de no hacerlo.

– Enseñar la satisfacción de lograr estudiar lo que gusta. Hablarle de las etapas necesarias que hay que pasar aunque no sean tan atractivas. Usar ejemplos con personas cercanas a ellos.

– Mostrar interés en la vida del joven dentro de la escuela. Es conveniente hablar con sus profesores (aunque sus notas hayan sido buenas). También el participar en actividades de padres, asistir a reuniones en el colegio o instituto etc.

– También es conveniente demostrarle interés por su vida fuera del aula: amigos, gustos, expectativas, etc.

– Es beneficioso alternar el estudio con otras actividades necesarias para su desarrollo y crecimiento.

– Quizás necesite ayuda para organizar su tiempo de estudio y de ocio.

– Debe procurarse un ambiente en el hogar que propicie el estudio y aprendizaje.

– Desde el inicio del curso escolar sería bueno fijar unas metas y unos objetivos realistas. Y demostrar confianza en su logro.

– Es trascendental reconocer el esfuerzo realizado (aunque los resultados no sean sobresalientes), alabarlo y recompensarlo.

– En caso de resistencia al estudio: Siempre mostrarle que se sigue amándolo. La presión y el autoritarismo deben ser sustituidas por la comunicación y el razonamiento. Si la resistencia al estudio persiste debe buscarse ayuda con algún especialista de educación o sanitario para descartar la existencia de otros problemas (Lee en esta web: dificultades en el aprendizaje, trastornos del aprendizaje, TDAH).

Damián Montero

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