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Así cambió la dieta de los adolescentes en confinamiento

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El confinamiento nos sumergió en una época para la que nadie estaba preparado. Y es que varios meses encerrados en casa, y una desescalada paulatina, cambiaron, irremediablemente, nuestras rutinas. Y no solo hay que hablar de salir a la calle a jugar o de poder ver a los amigos para ir al cine, así como ir a casa de los abuelos. Tanto tiempo en el hogar hizo que hasta los hábitos alimenticios se alterasen.

Algo que desde la Universitat Oberta de Catalanuya han comprobado a través de un nuevo estudio en el que han analizado los cambios de rutinas alimenticias en los adolescentes, un grupo de población en fase de crecimiento y que debe vigilar todo aquello que se pone en la mesa. Hay que tener en cuenta que no solo influyó el cambio de rutinas que trajo el confinamiento, sino que muchos hogares se vieron sacudidos por los efectos económicos que tuvo la parálisis del país.

Cambios en la dieta durante el confinamiento

En este estudio participaron un total de 303 jóvenes de entre 12 y 13 años que detallaron cómo fue su alimentación desde marzo hasta mayo de 2020, tanto en lo que se refería a sus comportamientos como en los productos consumidos. Una información con la que se quiso hacer una definición de la calidad de su dieta y una comparativa con la que tenían antes de la pandemia. De esta forma, se podían identificar posibles cambios.

Aguilar Martínez, experta en salud nutricional de los adolescentes, indica que «conocer cómo el confinamiento afectó a la calidad de la dieta de los jóvenes puede contribuir a entender qué factores influyen en las decisiones y las conductas alimenarias de los adolescentes». Como se dijo, la posición económica es un factor que influye en los hábitos y el menú de un hogar, así las familias más afectadas redujeron el consumo de cereales y vegetales.

Por el contrario, se aumentó el consumo de comida preparada y procesada. Los datos también desvelan que el riesgo de que la dieta de este colectivo empeorase era un 21% mayor que las de las familias cuyo nivel socioeconómico no había cambiado. En cuanto a los cambios generales, el estudio constata, que un 40% de los jóvenes incrementaron su consumo de fruta y un 21,5% afirma que siguieron una dieta más variada.

Además, un 49,2% disminuyó su consumo de comida preparada y procesada y un 49,8% de refrescos azucarados. Por el contrario, el 56% de los adolescentes reconoce haber picado más entre horas y hacer comidas más irregulares. Sin embargo, los investigadores señalan que habrá que esperar a ver qué suponen estos cambios y si se mantienen a largo plazo, o simplemente se tratan de rutinas fruto de un confinamiento.

Importancia de la alimentación en la adolescencia

Aguiar recuerda que la adolescencia es un periodo en el que se instauran y consolidan muchos hábitos que continuarán en la etapa adulta y que pueden afectar al desarrollo y a la prevención de enfermedades. Por ello hay que cuidar lo que se pone en la mesa a través de rutinas como:

– No saltarse ninguna de las cinco comidas recomendadas a lo largo de cada jornada.

– No abusar de refrescos azucarados, bollería industrial y otros productos con grasas saturadas.

– No iniciar dietas sin el correspondiente asesoramiento profesional y sanitario.

– Desayuno completo en el que se incluyan los cereales y lácteos.

– Apostar por las legumbres como unas compañeras habituales en la mesa.

Damián Montero

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