Diseñador del Programa Concordia de consultoría de centros educativos, Alejandro Rodrigo, especialista en adolescencia, diplomado en Magisterio y experto universitario en Análisis e Investigación Criminal por la Universidad Autónoma de Madrid, saca a la luz un puñado de pequeñas historias que pueden ser útiles a las familias con adolescentes que estén pasando por problemas de convivencia.
Sobre su segundo libro Adolescencias reales desde dentro (Plataforma Actual), ha dicho: «siempre pensé que cada uno de los casos con los que trabajaba, tenían una historia en sí misma, tenían un libro y un aprendizaje. Y fue partiendo de la idea de que en mi despacho sucedían cosas que son preciosas, cuando pensé ‘la gente tiene que verlo, tiene que escucharlo, porque es muchísimo más intenso que la ficción’. Por ello, pidiendo permiso, nacieron los adolescentes reales de mi libro, que están protegidos porque los nombres están cambiados, aunque las historias sucedieron verdaderamente. Me gusta decir que el nivel de los casos siempre ha sido reducido, es decir, la realidad siempre fue mucho más intensa de lo que aparece en estos relatos».
¿Cuáles son las principales preocupaciones y desafíos que enfrentan los adolescentes en la sociedad actual?
Primero, sin duda, es esta presión económica que tienen, esta presión social y la presión académica. En un segundo término, podríamos hablar de encontrar el sitio dentro de su unidad familiar. Esto es algo para ellos fundamental y que está muy silenciado, que casi nunca lo quieren explicitar. Sin embargo, existen dos roles más o dos preocupaciones para ellos fundamentales: la primera tiene que ver con la presión del grupo. Es decir, dentro de su grupo de iguales, ¿qué rol representan? Si se ven afectados y si mantienen un estrés continuo por estar dentro de este grupo de iguales. Y en segundo lugar, la relevancia que tiene la autoaceptación, el autoconcepto y la autoestima. Porque cualquier adolescente puede lidiar con todas las presiones extras externas, pero si no puede lidiar con la presión interna, entonces tiene un problema mayor.
¿Cómo afecta la presión académica y el rendimiento escolar a la salud mental de los adolescentes?
La presión académica es una de las claves fundamentales para entender la tensión en la que diariamente se desarrolla y convive un adolescente. Sin ninguna duda ellos saben que sacar buenas notas es su obligación número uno. Sin embargo, cuando la presión viene multiplicada por factores externos o por la propia familia entonces normalmente el adolescente tiene dos vías de escape. La primera es centrarse absolutamente en este desarrollo curricular y por lo tanto intentar sobresalir, es decir agradar tanto a sus padres como a sí mismo y la segunda es la de la huida. Muchos adolescentes que no son capaces de llegar o de alcanzar lo que se espera de ellos o lo que ellos esperan de sí mismos, prefieren posicionarse en la huida antes que posicionarse en el fracaso. Normalmente, un adolescente que se enfrenta a una situación compleja curricular, y ve que no va a alcanzar el nivel prefiere huir, es decir, literalmente abandonar los estudios antes que quedar como «el tonto de la clase».
¿Cuál es el impacto del maltrato intrafamiliar en los adolescentes?
Bueno, cualquier adolescente, cualquier preadolescente o cualquier joven que se vea inmerso en una dinámica de maltrato intrafamiliar, es decir, en el que la violencia o la agresividad existe dentro de su unidad familiar, lo que verdaderamente está atravesando es un terremoto emocional y es un estado muy lamentable en el cual se posiciona él mismo en el núcleo del sufrimiento. Esto es difícil de entender porque siempre intentamos verle a él como el culpable de la situación o como el violento o el agresivo. Sin embargo, sabemos que cualquier joven dentro de dinámicas familiares de violencia, incluso cuando él es el partícipe de las mismas, está sufriendo. Este cambio de mirada, de entender que nos está lanzando un mensaje que ni él mismo sabe emitir, «algo me está pasando y esta es la conducta que planteo», será la clave para poder ayudarle. Así que siempre es bueno recordar que el primero que sufre es él, aunque no quiera ni siquiera reproducirlo o emitirlo.
¿Cuándo podemos detectar si nuestros hijos están en riesgo o bien en peligro de violencia de género?
Hablar de violencia de género a nuestros adolescentes es un tema prioritario para prevenir. Una de las estrategias fundamentales que como padres podemos tener muy en cuenta para ayudar a nuestras hijas, es ser capaces de diferenciar situaciones de riesgo y situaciones de violencia. Por lo tanto, una situación de riesgo en una relación de pareja sería una alta dependencia emocional. Sin embargo, en una situación de peligro lo prioritario para nosotros como padres es sacar a nuestra hija o a nuestro hijo de esa situación de peligro, de la misma manera que lo haríamos en una situación de emergencia, no dudaríamos. Solicitar ayuda profesional, siempre es clave.
¿Cuál es el impacto de las redes sociales en la imagen y la autoestima de los adolescentes?
Las redes sociales en la adolescencia es un tema absolutamente nuevo para las generaciones de padres ya que cuando éramos adolescentes no teníamos redes sociales, no teníamos dispositivo móvil y salíamos a compartir el tiempo de ocio de manera presencial. Ahora mismo, nuestros adolescentes se relacionan en los dos sentidos, presencialmente y virtualmente. Nosotros no estamos acostumbrados y no tenemos las herramientas y la estabilidad para poder ofrecer seguridad.
Es una realidad que el mundo virtual puede atacar directamente a la autoestima, al autoconcepto y a la posición dentro del grupo.
No tiene nada que ver relacionarse de tú a tú en un grupo que relacionarse virtualmente. Siempre niveles de inseguridad mayores hacen que me relacione de manera virtual. Por lo tanto, una de las claves siempre sería tener la capacidad de ver y de observar si nuestro hijo es el mismo relacionándose en grupo presencial o en grupo virtual. Porque si hay una diferencia, entonces sí que debemos atender esta situación.
¿Cómo se puede abordar el problema del acoso escolar y el ciberacoso entre los adolescentes?
El acoso escolar es un problema que estamos sufriendo como sociedad y que verdaderamente tenemos que poner la mirada y el foco en él, porque si no, no va a ir a más. A cualquier víctima, cualquier adolescente, cualquier persona que está sufriendo tensión, y malestar en su centro de estudios, se le está cayendo el mundo encima, porque es el sitio donde tiene que estar y donde esperamos, además, que socialice y que aprenda a hacer este tipo de relaciones y adquiera conocimientos. Cuando conseguimos una unidad de criterios entre el centro de estudios y la familia, cuando ambas partes van de la mano, es cuando podemos fomentar que el grupo escolar, que el grupo de la clase visibilice esta situación. Mientras que siga invisibilizada, la víctima siempre va a seguir sufriendo. Sin embargo, cuando conseguimos que el grupo visibilice esta situación, es cuando la víctima, chico o chica, se siente protegido y podemos dar las señales de alarma.
¿Qué factores contribuyen al aumento de la ansiedad y la depresión entre los adolescentes?Cuando hablamos de depresión, situaciones de ansiedad, estrés o tensión, siempre es prioritario pedir ayuda a un profesional clínico sanitario. No obstante, hay dos hechos que inciden muchísimo ahora mismo en estas situaciones delicadas. La primera de todas tendría que ver con la presencialidad en las relaciones. Es decir, no tiene nada que ver mantener relaciones online o mantener relaciones de distancia que la presencia. Mantener tiempo en compañía de tu grupo de iguales, de tu familia, de tu vecino, de tu grupo social al que vas los sábados te invita a profundizar muchísimo en las relaciones sociales y en la autoestima, en el autoconcepto. Sin embargo, la soledad, estar aislado y solamente relacionado de forma online puede provocar una distorsión rara de nuestras relaciones.
¿Por qué dices que hemos perdido el sentido del silencio interior?
Nuestros adolescentes ya no están solos. Están permanentemente conectados o permanentemente distraídos. Los adolescentes de épocas anteriores, de nuestras generaciones, estábamos acostumbrados a mantenernos solos, en soledad, y lidiar nosotros mismos con nuestros problemas y con nuestras preocupaciones. Por eso, ante cualquier duda, siempre solicitar ayuda de un profesional clínico o sanitario.
¿Cuál es la causa de que haya aumentado tanto el número de casos de suicidio entre los adolescentes en las últimas décadas?
La realidad es que el tema del suicidio siempre es un tema absolutamente nefasto y dramático en nuestra sociedad. Sin embargo, el único aspecto positivo que tenemos es ahora mismo la visibilización que tenemos de él. Es decir, ya no es un tema tabú, es un tema del que podemos hablar, del que podemos pedir ayuda, del que podemos pedir consejos, incluso formación e información. En este sentido, hemos dado un paso adelante muy importante. Es cierto que en el proceso de pandemia que hemos pasado, la soledad y la gestión inadecuada de situaciones de estrés y de tensión han provocado escenarios dramáticos. No obstante, en este sentido, como padres, siempre, debemos tener la responsabilidad de tener esta mirada crítica y afinada para darnos cuenta en qué situación está nuestro hijo adolescente o adolescente. Y, lamentablemente, también en la infancia, donde cada vez tenemos números más dramáticos. Siempre es bueno tener la idea de que, ante la mínima duda, o inquietud, es bueno apoyarnos, tanto en nuestro círculo social como en el personal sanitario.
¿Cuál es el papel de la familia en la prevención y la gestión de los problemas de los adolescentes?
La familia es el principal escenario en el que un menor se desarrolla. La familia es su protección, es la trinchera, la familia es el palacio o el castillo. La familia, sin lugar a dudas, es el sitio en el que todo adolescente quiere estar, a pesar de que parece justamente lo contrario, a pesar de que parece que quiere huir, a pesar de que quiere encerrarse en la habitación.
Sin embargo, la familia, todos ellos lo dicen en el despacho, es su lugar más importante.
Por lo tanto, cuando entendemos que no nos plantean una batalla, cuando entendemos que no quieren destruirnos, que simplemente lo que están haciendo es aprender, están intentando evidenciar sus fallos y sus aciertos y buscan la mirada de nosotros, de los padres, para poder validar tanto esos fallos como esos aciertos. Cuando esto ocurre, entonces, el adolescente se equilibra mucho más. La familia, sin duda, es el lugar número uno donde se van a desarrollar. Está bien buscar agentes externos, el mejor colegio, el mejor psicólogo, las mejores clases de actividades extrascolares, pero la realidad es que un adolescente, en una familia segura, es un adolescente seguro.
¿Cómo influye el entorno social y económico en las decisiones y el comportamiento de los adolescentes?
El entorno social y el entorno económico tienen la peculiaridad de que es algo no elegido por nuestros hijos. A mí me gusta mucho afinar que no es tanto lamentarnos o vanagloriarnos de dónde hemos nacido, del dinero que tienen mis padres o de lo pobres que somos, sino de la gestión que mis padres realizan de esa situación. Es decir, el aprender cómo mis padres son capaces de salir adelante o cómo mis padres son capaces de protegerme de determinados entornos será fundamental para mí como un futuro adulto.
Por lo tanto, no es tanto la clave dónde hemos nacido y qué contexto profesional o económico tienen, sino aprender qué es lo que nuestros padres hacen con esta situación.
¿Cuáles son las principales adicciones que afectan a los adolescentes y cómo se pueden prevenir?
Hablar de adicciones es siempre un tema muy complejo porque hay que partir de la base que la adicción debe tener una serie de ítems que se cumplen para poder hablar de adicción. Muchas veces hablamos de que nuestros hijos son adictos al móvil y normalmente no es tanto el nivel dramático de la adicción porque sabemos que hay distintos niveles: uso, abuso y el último es la adicción. Pero si hablamos de peligro, el número uno siempre es el mundo de las sustancias tóxicas, las drogas. Especial interés tienen el alcohol en nuestros jóvenes, además del hachis que es el componente activo del cannabis o de la marihuana. Sin embargo, también tenemos nuevos agentes externos que están suponiendo una grave crisis en el desarrollo de nuestra propia unidad familiar, que tiene que ver con la adicción a los videojuegos o a las nuevas tecnologías. Aquí siempre, en ambos casos, partimos de la misma base. No es tanto la herramienta, no es tanto el móvil, sino el mensaje que nuestro hijo nos está lanzando. Porque ¿qué hace un adolescente a las 2 de la mañana de un martes con su teléfono móvil? En la mayoría de los casos, nos está lanzado un mensaje: estoy mal, y a lo único que me pudo agarrar es a esta herramienta. Al final, la mirada en la necesidad siempre es el primer paso para poder enfrentar las adicciones.
¿Cómo se puede mejorar la comunicación abierta y la empatía entre los adolescentes y sus padres?
La comunicación entre padres y adolescentes siempre ha sido la piedra angular de cualquier interacción familiar. Mi hijo no me habla, mi padre es un pesado. Mi hijo no me cuenta nada* y los hijos siempre nos dicen: «mi madre, de verdad, tendrías que verla, es una pesada». Una herramienta que espero pueda ser útil, es diferenciar entre nuestra estrategia de entrevista o nuestra estrategia de interrogatorio. Nada tiene que ver acercarnos en una «entrevista» en la cual vamos a intentar favorecer un diálogo en el que nuestro hijo se sienta cómodo y, por lo tanto, sea capaz de trasladarnos información.
Cuando nuestros hijos detectan que están en un interrogatorio con preguntas cerradas, entonces siempre se cierran y no quieren hablar.
Sin embargo, cuando entienden que hay un ambiente cordial y de reciprocidad en la comunicación, entonces sí, van al primer paso. No digo que esto sea fácil, pero a la larga siempre se favorece mucho más la comunicación cuando nosotros somos más proactivos. Y por último, debemos encontrar las ventanas de oportunidad porque no es lo mismo que nuestro hijo nos deje entrever que ahora sí me gustaría hablarte de este tema, que venir a hablar cuando uno quiere. Sin embargo, evidentemente, hay momentos en los que es necesario hablar. Por lo tanto, el tema de la comunicación es un tema altamente complejo.
¿Cuáles son las estrategias efectivas para apoyar la salud mental y el bienestar de los adolescentes en la comunidad escolar y en la sociedad en general?
Cuando hablamos de salud mental, a mí me gusta siempre poner el foco en un concepto que tiene que ver con la psicología clínica, con el mundo médico de la psiquiatría y que tiene que ver con el trabajo. Los expertos, los psicólogos, los psiquiatras siempre aseguran que no es el trauma lo que deja a una persona ante situaciones muy vulnerables, sino la gestión posterior del trauma. Por ejemplo, tener un buen núcleo familiar con un buen apego seguro, con una buena gestión de las situaciones, es lo que va a sanar a este hijo finalmente. De todas maneras, cuando hablamos de salud mental, cuando hablamos de inestabilidad psicológica o de carencias profundas, siempre volvemos a lo mismo. Es prioritario encontrar un profesional que conecte con nuestro hijo.
Marisol Nuevo Espín
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