Hablar de nuevas generaciones es pensar en pantallas. Las tecnologías se han convertido en una herramienta imprescindible en el día a día de los más jóvenes, no solo para acceder a contenidos educativos o a una amplia oferta de ocio digital. Estos dispositivos se han convertido en una nueva plataforma en donde socializar que permite, prácticamente, pasarse 24 horas conectados.
En muchas ocasiones esta utilización se termina convirtiendo en un abuso. Si bien las nuevas tecnologías son unas valiosas aliadas en muchas ocasiones, en otras generan una dependencia en los jóvenes. Pero, ¿son conscientes las nuevas generaciones de esta situación? Según los datos del estudio elaborado por Celside Insurance y PantallasAmigas, sí, los adolescentes saben que usan en exceso las pantallas.
Enfados y distracciones
Este estudio ha contado con la visión de 1.350 encuestados de 1º ESO y sus padres, así como de datos obtenidos en distintos talleres realizados en Madrid y Barcelona. El primer dato que destaca de este trabajo es que el 58% de los jóvenes de entre 12 y 13 años pierde la noción del tiempo mientras está navegando en internet y que un 51% de los encuestados se enfada si le interrumpen durante su visita al mundo web.
Por otro lado, un 67% abandona lo que esté haciendo para atender el móvil. Además, el 42% de los estudiantes cree que su rendimiento académico se ha visto afectado en varias ocasiones por el uso de las tecnologías y un 25% reconoce que ha dejado de lado rutinas como estudiar o ver a sus amigos simplemente por el smartphone.
De esta forma, el 77% de los alumnos encuestados considera que los adolescentes de su edad hacen un uso excesivo del teléfono móvil. Una situación que se ha agravado durante el confinamiento ya que el consumo de estas pantallas ha crecido en 2 horas diarias más durante el estado de alarma para el 37% de los encuestados y en 3 horas para el 23% y hasta 4 horas para 1 de cada 4.
El uso principal ha sido dedicado a las relaciones con amistades, a través de llamadas (91%) o bien videollamadas (95%), así como una utilización vinculada a los estudios (87%) de los adolescentes. Erika Veloz, directora de Recursos Humanos de Celside Insurance, resume así la situación: «El móvil es un dispositivo tecnológico de gran utilidad en el ámbito personal y en los estudios, En los últimos meses, ha acercado a los adolescentes a su círculo social y estudiantil, acortando distancias y haciendo más llevadero el distanciamiento. Es importante incidir, ahora y siempre, en un uso positivo porque lo verdaderamente smart son los jóvenes y cómo deciden emplear el móvil».
Dependencia
Un 33% de los encuestados ha pensado en alguna ocasión que la vida sin internet es aburrida y triste, un 21% de los mismos lo ha imaginado varias veces y un 11,5% afirma que siempre tiene este punto de vista. Casi la mitad de los jóvenes (49,9%) reconoce que coge el móvil sin saber qué quiere hacer con él, un 32,6% de los mismos afirma tener este dispositivo siempre en la mano y un 19% lo revisa nada más despertar.
También, un 17,5% lo revisa si se despierta en mitad de la noche y un 9% ha llegado a poner en riesgo su integridad física o la de otras personas para poder revisar esta pantalla. ¿Predican los padres con este ejemplo? El 26% de los alumnos encuestados cree que sus progenitores emplean más el móvil que ellos.
Y son los propios adolescentes los que tienen más consciencia sobre el uso intensivo que hacen del smartphone: el 77% de los alumnos considera que las personas de su edad lo emplean de forma excesiva, mientras que solo el 66% de los progenitores opina esto mismo del uso que hacen sus hijos del teléfono.
Damián Montero
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