Cuando nuestros hijos adolescentes empiezan a pedirnos salir con los amigos para divertirse por las noches y así disfrutar del ocio nocturno que les ofrecen en las discotecas, fiestas, etc, es cuando a los padres nos surgen los miedos de que puedan empezar a consumir sustancias tóxicas como el tabaco, el alcohol y las diversas drogas que hay en el mercado.
En la etapa juvenil es cuando hay más riesgo de iniciarse en el consumo de las sustancias tóxicas. Los jóvenes necesitan ser independientes, rechazar la protección de los adultos y sienten la atracción de enfrentarse a situaciones de riesgo. Hay estudios que indican que la mitad de los jóvenes se inician en el hábito de fumar y beber alcohol antes de los 16 años.
5 recomendaciones para cuando empiezan a salir por la noche
1. Intentar establecer con ellos una buena comunicación sobre este tema. Aunque los padres debamos admitir que muchas veces ellos saben más cosas sobre los riesgos de consumir estas sustancias que nosotros. Es muy importante que les demostremos que confiamos en su responsabilidad.
2. Saber decir «no» a algunas de sus demandas que nosotros no creemos convenientes. Por ejemplo, establecer límites en relación a la hora de regresar o impedirles que vayan a ciertos locales o zonas, puede suponer una negociación «dura», quejándose con argumentos como que los padres de sus amigos sí les dejan ir o volver a casa más tarde.
3. Establecer edades y permisos para salir. En general, es recomendable dejarlos salir solos a partir de los 12 años por la tarde, pero por la noche a partir de los 16 años cuando ya han acabado los estudios secundarios. Esta es la edad legal para acceder a algunos locales que tienen horarios más limitados de los que pueden ir a partir de los 18 años.
4. Conocer a los amigos con los que se relacionan nuestros hijos. Una forma de hacerlo es con la excusa de invitarlos a nuestra casa para celebrar el aniversario, para una cena informal, etc.
5. Organizar la «logística» de cómo volverán a casa. Una forma es ponerse de acuerdo con otros padres para recogerlos, programar a que padres les tocará en otras salidas nocturnas, etc. De esta forma podemos conocer los locales que van y con cuales amigos salen.
Como padres deberemos asegurarnos que conocen las consecuencias de no respetar los límites y riesgos comentados ya que de no respetarlos puede suponer que se enfrenten a situaciones no deseadas para ellos ni para los padres.
Mercedes Corbella. Psicóloga y diplomada en Trabajo Social.
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