Además de la alegría y la buena sensación que suponen tener un hijo, traer una nueva persona a este mundo podría tener otros beneficios. En concreto aumentar la cantidad de años que una persona vive tal y como ha demostrado el Instituto Karolinska y que ha sido publicado en la revista Journal of Epidemiology & Community Health.
Según esta nueva investigación tener hijos hace que la esperanza de vida se alargue considerablemente y que las personas que se convierten en padres viven más allá de los 60 años. Traer un niño a este mundo puede hacer que la cantidad de años que una persona pasa en este mundo aumente hasta las dos décadas.
Casi 21 años más de vida
Los responsables de esta investigación acudieron a los datos del registro nacional de Suecia en donde comprobaron cuánto habían vivido aquellas personas nacidas entre 1911 y 1925. El envejecimiento de estas personas se comparó con la cantidad de hijos que estos habían tenido a lo largo de los años. Entre todos estos números los responsables de este trabajo se encontraron con un patrón: si estos individuos habían sido padres, su muerte se había postergado más.
Aquellos hombres que habían tenido hijos suelen vivir casi 21 años más después de cumplir los 60 años, mientras que los que no habían sido padres prolongaban su vida una media de 18,4 años. Por su parte, las madres ampliaban su esperanza de vida 24,6 años de vida por los 23,1 de las mujeres que no habían traído hijos a este mundo.
La tendencia se igualaba en aquellos casos en los que se comparaba la esperanza de vida que tenían los padres a partir de los 80 años. En el caso de los hombres con hijos, a partir de esta edad solían sobrevivir una media de 7,7 años más por los 7 de aquellos que no habían tenido descendencia. En el caso de las madres, la maternidad aseguraba 9,5 años más por los 8,9 de aquellas mujeres que no habían tenido niños.
Vida más saludable
Los investigadores señalan que una de las explicaciones de este asunto es que las personas con hijos se suelen decantar por un estilo de vida más saludable. Tener un niño en casa supone privarse de otras actividades más perjudiciales para la salud como la ingesta habitual de alcohol o fumar asiduamente. Además, las actividades que se realizan junto a los más pequeños.
Además otra de las hipótesis que se barajan para explicar por qué tener hijos asegura una mayor esperanza de vida es que llegada la vejez, las personas tienen entre sus vástagos una figura que puede cuidarlos. Alguien que esté atento a su estado de salud y que si hiciera falta se harían cargo de ellos durante la enfermedad. Una figura que falta en aquellos que no tienen descendencia.
Nietos y esperanza de vida
No solo los hijos hacen que la esperanza de vida de las personas crezca. La familia también hace que la muerte se aleje gracias a otras figuras como los nietos tal y como revela otro estudio realizado por el equipo de la doctora Sonja Hilbrand, doctoranda del Departamento de Psicología de la Universidad de Basilea, en Suiza.
Este equipo analizó los resultados de un estudio posterior realizado en Alemania en donde se realizó un cuestionario a 500 personas mayores de 70 años entre los años 1990 y 2009. Estos datos se dividieron en dos grupos: ancianos que ayudaban a terceras personas y que cuidaban de sus nietos, y los que no realizaban esta actividad.
Tras separar algunos factores de riesgo como el tabaquismo u otros problemas de salud congénitos, los resultados confirmaron la hipótesis de la que habían partido los investigadores. La esperanza de vida de los abuelos que cuidaban de sus nietos era 20 años mayor que la del grupo que no.
De hecho la mayoría de estas personas que cuidaban de sus nietos seguían con vida diez años después de haber realizado la primera entrevista. Por el contrario, poco más de la mitad de los abuelos que no se habían hecho cargo de estas tareas habían muerto pasados cinco años de esta primera encuesta.
Damián Montero
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