Ha llegado el gran día. El día de San José. El día del padre. El día en que celebramos todo lo que aportan en cada familia. Porque la figura del padre es imprescindible para transmitir a los hijos los valores que van a necesitar en la vida.
Los padres enseñan a volar. Los padres guían con maestría. Los padres muestran el camino. Los padres inspiran confianza para que los hijos crezcan. Los padres creen en sus hijos y los llenan de autoestima. Los padres animan a ser valientes. Los padres siempre están allí para cuando hace falta volver.
1. Nos da la fortaleza que necesitamos
La vida no es un camino sencillo. Los padres nos protegen, pero también nos ayudan a hacer frente a la dificultad sin rendirnos, algo esencial para la vida. Son perseverancia y tenacidad.
2. Nos enseña a confiar en nosotros mismos
A veces cuesta volar del nido donde todo es seguro. Los padres nos animan a creer que somos capaces, incluso aunque no salga todo bien a la primera y eso nos ayuda a alcanzar mejor nuestras metas.
3. Nos demuestra que podemos lograrlo sin ayuda
Los primeros pasos, soltar el sillín de la bicicleta, ir solos al colegio… son pequeños aprendizajes que nos han llenado de confianza para no tener miedo a avanzar. Enseñar a los hijos a ser independientes es uno de los mayores regalos que les pueden hacer.
4. Nos regala su ternura cuando más falta nos hace.
La fortaleza no está reñida con la empatía, la dulzura o la sensibilidad. La suma de todas estas virtudes confiere a los padres un papel único en nuestra vida, siendo siempre un refugio en tiempos difíciles.
5. Nos hace soñar para que deseemos volar más alto
Nos muestra todo aquello de lo que somos capaces para que no tengamos miedo a salir de nuestra zona de confort y busquemos las metas más elevadas, para crecer y superar nuestros propios límites.
6. Nos muestra los límites para guiarnos con acierto
Como saben que el camino de la vida no es sencillo, nos dan las pautas claras para que sepamos movernos por una vida incierta y tomar las decisiones correctas.
7. Nos recuerda que él siempre estará allí para nosotros
Nos anima a que volemos del nido, se encarga de soltar amarras y darnos nuestro espacio, pero, estará donde nos haga falta cuando lo necesitemos, porque no importa la edad, un padre siempre será un hogar al que volver.