Ritmo de vida, difícil acceso a un puesto que asegure un salario digno, falta de políticas de conciliación. Estas son sólo algunas de las explicaciones que muchas parejas dan cuando se les pregunta el motivo por el que retrasan la traída de un niño al mundo. Una decisión que está provocando estragos sobre la población de España.
Así lo refleja el estudio realizado por la Fundación BBVA sobre la población de España. Un trabajo que indica que la población española ha envejecido preocupantemente y que se precisan de muchos más nacimientos durante los próximos años para combatir estos efectos sobre la demografía de este país.
1,6 millones menos de jóvenes
El estudio realizado por la fundación BBVA es claro: desde 2012 la población española ha envejecido a un ritmo alarmante. Cada vez es menos común ver jóvenes en la demografía de este país. En concreto desde 2012 España ha perdido un total de 1,6 millones de personas menores de 24 años.
Esto a su vez ha provocado que la población española pierda integrantes. De esta forma si a principios del siglo pasado la edad media de una persona adulta en este país era de 28 años, en la actualidad es de 41 años. Un síntoma que indica que en España se precisan de más jóvenes que eviten los problemas que suponen el envejecimiento demográfico, el cual unido al aumento de la esperanza de vida hace que las pensiones de muchos trabajadores en el futuro a medio plazo no estén aseguradas.
Se necesitan más nacimientos
Ante el envejecimiento de la población la respuesta que debe dar la sociedad está clara: traer más niños al mundo. El Instituto de Política Familiar cifra en 263.000 nacimientos por año como los necesarios para que este problema se resuelva en España. Una práctica con la que se evitarían pronósticos como los del Instituto Nacional de Estadística que prevé que para el año 2050, más el 30% de la demografía española estará integrada en la tercera edad.
Apoyo desde el Gobierno y empresas
Es fácil decir que se precisan de más nacimientos por parte de las familias españolas. Sin embargo en muchas ocasiones las parejas ven el hecho de tener un hijo como una misión imposible. En primer lugar porque los sueldos entre los más jóvenes no es suficiente como para asegurar el mantenimiento de una nueva vida. No es hasta más adelante cuando se consigue un sueldo para estos fines.
Esto en última instancia provoca que las parejas sólo puedan tener un niño y que la decisión de traer un segundo e incluso un tercero se convierta en una tarea imposible. El segundo problema llega una vez que el niño está en el mundo ya que a día de hoy las políticas de conciliación hace muy difícil compaginar un trabajo con el cuidado de un hijo.
Por este motivo entidades como The Family Watch recuerdan a los partidos la necesidad de alcanzar un Pacto por la Familia que haga más fácil a las mujeres tomar la decisión de ser madres. De este modo se podrá conseguir animar a parejas jóvenes atreverse a tener un hijo y ayudar a solucionar los problemas derivados del envejecimiento de la población.
Damián Montero
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