Es bien sabido por todos los beneficios que ofrece una vida activa frente a un ritmo más sedentario. El primer de ellos asegura una buena salud mientras que el segundo incrementa las posibilidades de sufrir obesidad, enfermedades cardíacas, etc. Sobre estos riesgos han querido alertar desde la Fundación España Activa y el Centro de Estudios del Deporte de la Universidad rey Juan Carlos.
Ambas entidades han presentado I Informe del Observatorio de la Vida Activa y Saludable. Termómetro del Sedentarismo en España. Un trabajo en donde se alerta de los riesgos que tiene para la salud de las personas que optan por dedicar más horas al sofá y a las pantallas que a las calles y al ejercicio. Un estilo de vida que es muy perjudicial para el desarrollo de los más pequeños.
Nada de ejercicio
Los datos que se ofrecen en este informe son bastante preocupantes. Dos de cada tres españoles dedican entre 2 y 6 horas y media a estar sentados. El sedentarismo pasa a ser su actividad principal, dejando de lado el ejercicio. Ningún otro país de la Unión Europea presenta cifras similares. Además, los responsables señalan que estos números podrían crecer en el futuro.
Tal y como indican los responsables de este trabajo estas cifras no han dejado de crecer en los últimos años, con una estimación de que este porcentaje siga creciendo en el futuro, desde el 36% de la población observado en la Encuesta Europea del 2014, hasta aproximadamente un 38,2% de la población al final del año 2025.
¿Y qué consecuencias tiene el sedentarismo? Actualmente la inactividad física es se relaciona con el 13,4% de las muertes que se recogen al año en España. Esto supone que la falta de ejercicio es la responsables 52.000 defunciones en este país. Unos datos que alertan sobre el peligro de permanecer demasiado tiempo en el sofá en lugar de salir a la calle para moverse.
Comenzar a hacer ejercicio
Pasar del sedentarismo a la actividad es necesario, pero también puede suponer un duro trabajo para las personas. Hay que ir paso a paso e ir consiguiendo objetivos diarios, no se debe pretender llegar a la cima:
1. Eligir tu deporte. La pregunta es: qué es lo que más gusta a uno. Ejercicio individual,, clases colectivas, deportes de grupo. Hay que tener en cuenta también el tiempo que se puede dedicar y los objetivos planteados, la forma física en ese momento y la edad edad.
2. Ponerse al día. Actualmente, existen nuevas actividades diseñadas para todo tipo de públicos, en solitario o junto la familia.
3. Dosificar. Hay que empezar poco a poco y conceder tiempo a al cuerpo y mente para que se acostumbre a la nueva rutina. Las agujetas aparecerán y la sensación de cansancio podrán hacer que uno se replantee seguir, pero todo es cuestión de paciencia.
4. Cuidar la dieta. El cuerpo va a necesitar una alimentación equilibrada que proporcione energía suficiente para las nuevas demandas del organismo.
5. Metas a corto plazo. La relación con el deporte debe ser duradera para que reporte beneficios. Las metas a corto plazo ayudan a mantener la ilusión del primer día hasta que hacer ejercicio se convierta en una rutina y forme parte de tu vida.
6. Integra el deporte en tu vida y en la de la familia. Andar o un paseo en bicicleta son prácticas sencillas que pueden complementar actividades más intensas y en las que además se puede participar en familia.
7. Atender al organismo. Hay que atender a las necesidades del organismo y tomarse un breve descanso cuando uno se sienta sintamos cansado o fatigado en exceso. No hay que forzar la máquina.
8. Cuidar la equipación. Calzado adecuado, ropa cómoda y transpirable, hay que equiparse con lo necesario la actividad a realizar.
Damián Montero
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