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Yo tengo razón

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Una de las dificultades más frecuentes a la hora de solucionar un conflicto suele ser, el empeño en tener razón. Cuando al comunicamos con una persona, le hacemos saber que sus sentimientos son legítimos, le estamos comunicando que es aceptado.

No importa cual sea su situación: ilusionado, asustado, enfadado, triste, agobiado, cansado. Lo importante es ser capaz de hacer entender al otro, que comprendemos su situación. Esto ayuda a sentirse bien con uno mismo. Es entonces cuando son posibles los cambios y el crecimiento.

Para mejorar el matrimonio, tenemos que sentirnos aceptados por nuestra pareja y antes de aspirar a ello, ver el modo de que el otro, se sienta bien a nuestro lado.

Vivir pensando en lo importante

No nos engañemos, es muy fácil amargar la convivencia, llamando constantemente la atención acerca de lo que hay que hacer o lo que se podía haber hecho mejor y muy difícil ponerse en el lugar de cada uno de los miembros que componen la familia.

Uno necesita tiempo y silencio porque está de exámenes, otro necesita salir porque lleva tiempo encerrado, otro adelgazar pare sentirse bien, el marido trabajar hasta la extenuación y la mujer: ¡mirar a todos y cada uno para acertar!  Además, llegar puntual al trabajo, hacerlo con seriedad, cocinar bien, ir a la compra, cuidar de los amigos…

No es nada fácil. Por eso es tan importante restar importancia a las nimiedades y vivir pensando en lo importante. Realmente cada uno hace lo que puede y su modo de ver la realidad es la que es, quizás  raquítica, egoísta o simplemente totalmente diferente a la nuestra, pero ¡es lo que hay!.

¿Nos vamos a pasar la vida discutiendo? Es una opción., pero es bueno saber que es lo que tipo de vida estamos eligiendo.

Las consecuencias suelen ser todo tipo de enfermedades psicosomáticas como las migrañas por tensión, los dolores de espalda, el colon irritable, la anorgásmia, la úlcera de estómago, la hipertensión… y dicen los expertos que ¡incluso el cáncer!

Hay dos modos de vivir la vida: analizando constantemente lo que hacen los demás y como lo hacen o admirando que sean capaces de hacer lo que hacen. Son dos actitudes vitales diferentes y por lo tanto los hechos que derivan de ellas, también son muy diferentes.


Para solucionar cualquier problema o dificultad, lo primero que hay que analizar es la actitud.


La actitud de querer tener razón siempre, lleva a que las dificultades se enquisten por no ser capaces de ver el otro punto de vista. En todas las discusiones a cerca de la convivencia cotidiana, ninguno tiene toda la razón.

Las peleas, son formas evidentes de falta de sintonía. Las perspectivas de lo que sucede y porqué sucede suelen ser diferentes.

Conflictos de pareja

Foto: THINKSTOCK 

Sea una dificultad grande o pequeña, el modo más fácil de enfrentarse a él es hacer el esfuerzo de ver las cosas desde otro punto de vista. No es necesario dar siempre nuestra opinión, ni que quede claro que es lo que opinamos al respecto pero si es necesario vivir en armonía para poder rendir en tantos frentes como sea necesario.

Las constantes discusiones matan el clima de sintonía que necesitamos para sonreir y vivir la vida del modo más apacible posible.

Mónica de Aysa. Master en matrimonio y sexualidad

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