SYDNEY, 13 Julio
La justicia del estado australiano de Victoria retiró este año a dos familias la tutela de sus hijos menores de edad con problemas de obesidad extrema, una práctica que se prevé aumente a medida que pasen los años, indican hoy los medios locales.
Un tribunal de menores ordenó la separación de un pre-adolescente de 110 kilogramos de peso de su madre para que fuera atendido en unas instalaciones médicas, publicó ayer el diario «The Age».
Además, en otro caso, un tribunal puso al cuidado de las autoridades estatales a una adolescente que ganó 30 kilogramos de peso en año y medio, hasta el punto de que la circunferencia de su cintura llegó a medir 169 centímetros.
John Dixon, experto en nutrición del Instituto de Corazón y Diabetes Baker, comentó que se prevé que el número de intervenciones de este tipo aumenten en Australia, un país donde casi un 20 por ciento de los menores padece de problemas de sobrepeso y obesidad.
«Se trata de un problema de la comunidad, de toda Australia, de un problema mundial que no estamos afrontando adecuadamente en la actualidad», declaró el experto al diario.
Un portavoz del ministerio de Justicia explicó a «The Age» que la obesidad es «un síntoma de otras situaciones que pueden poner en riesgo o hacer daño a un menor», y descartó que sea un argumento para quitarle la tutela a sus progenitores.
Según la Oficina de Estadísticas australiana, más del 60 por ciento de toda la población del país, calculada en 22,2 millones de habitantes, padece de sobrepeso u obesidad, uno de los principales problemas sanitarios en Australia.
Para el año 2020, se espera que la población afectada por sobrepeso sea del 80 por ciento de los adultos australianos y un tercio de los niños.
La Fundación Nacional de Salud de Australia alertó en 2011 de que los niños del país vivirán menos que la generación de sus padres si persisten en los malos hábitos alimenticios y la falta de ejercicio.