Les voy a proponer un sencillo experimento sociológico: entren en un aula de 6º de Primaria de cualquier colegio español y pidan a los alumnos, de 11 ó 12 años, que levanten la mano si tienen perfil en alguna red social. Se llevarán una sorpresa al verificar que al menos dos de cada tres tendrán la mano levantada. De estos, algunos ya estarán en Facebook, otros en Twitter… y todos en Tuenti.
Como padre y profesor este dato me parece preocupante. No pongo en tela de juicio que estas tecnologías de la comunicación ofrecen muchas oportunidades y han permitido desarrollar y potenciar algunas capacidades del ser humano. Pero tampoco dudo que han magnificado bastantes riesgos y están disminuyendo o anulando otras muchas capacidades, aunque sobre esto último se hable y se escriba muy poco. Y estos riesgos son inversamente proporcionales a la edad del individuo: es decir, cuanto menor sea ésta, mayores serán aquellos.
La responsabilidad de los padres
Dado que el uso de redes sociales es masivo entre los menores españoles y me parece que pueden aportarles más perjuicios que ventajas si no existe una adecuada mediación educativa, voy a prestarles especial atención a lo largo de los próximos meses. En esta colaboración tan solo mencionaré las 14 razones por las que me parece que los chicos y las chicas deberían esperar al menos hasta los 14 años, antes de «abrirse» un perfil en cualquiera de ellas. A lo largo de los siguientes meses, las iré desarrollando con mayor profundidad.
Son los padres quienes deben decidir si permiten que sus hijos estén dados de alta en la red. Es su responsabilidad como principales educadores de la prole
Es evidente que cada padre y cada madre es quien debe decidir si permite que sus hijos estén dados de alta en estos lugares de Internet, concebidos para las relaciones sociales, y qué condiciones deben darse para que les otorguen su consentimiento; es su responsabilidad como principales educadores de la prole.
14 razones para esperar hasta los 14… o más:
– Para cumplir la ley.
– Para descubrir la auténtica amistad.
– Para ganar mucho tiempo.
– Para descubrir el valor de la intimidad.
– Para vivir la infancia.
– Para no generar desconfianzas.
– Para no sufrir de forma innecesaria.
– Para no ser curioso, ni envidioso, ni vanidoso.
– Para decir siempre la verdad.
– Para estar con los de la misma edad.
– Para leer, escribir y hablar mejor.
– Para sacar mejores notas.
– Para comunicarse mejor con los más queridos.
– Porque te da la gana…
No quiero terminar sin decirles, por si quedara alguna duda, que:
-Soy usuario activo de redes sociales; tengo perfil en Twitter, mi preferida, en Facebook y en Tuenti.
-Me parecen un instrumento muy útil.
-Nos permiten aumentar exponencialmente nuestra capacidad de comunicación.
-Bien usadas, nos hacen más humanos.
-Conduzco automóviles o tomo una copa de vino en las comidas; pero, de la misma manera que no me imagino a un niño de 11 años conduciendo un utilitario o consumiendo bebidas alcohólicas, tampoco lo veo preparado para campar a sus anchas por estos lugares de la red.
Les voy a recomendar una página web para que la visiten y se informen sobre estas redes sociales, conozcan las elementales normas de prudencia a la hora de usarlas y las maneras de configurar las opciones que preserven su privacidad en ellas: www.deaquinopasas.org
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