Desde que el ser humano existe, incluso antes del nacimiento del lenguaje, se tiene constancia de la presencia del ritmo y la música como medio de expresión y comunicación.
Ya hace más de dos mil años que la práctica musical, unida a la poesía y al teatro, ocupó un lugar privilegiado en la vida ciudadana de la antigua Grecia y del Imperio Romano. Todos reconocían su poder afectivo y ético y por esto fue considerada como una actividad prioritaria para la educación de los niños.
Hace unos mil años, en la Edad Media, la mayor parte de la población era analfabeta, aunque los pocos jóvenes que podían dedicarse al estudio tenían dos grandes áreas de asignaturas: el Trivium formado por gramática, retórica y dialéctica, y el Quadrivium, del que formaban parte la aritmética, la música, la geometría y la astronomía.
Hace unos 500 años, en el Renacimiento, la música era considerada como uno de los saberes más importantes y que toda persona debía conocer.
En la actualidad, en nuestro país, la Educación Artística (en Primaria) y la Música (en Secundaria) han quedado reducidas a una materia optativa o ‘específica dependiente’ en todas las etapas educativas. Esta decisión permite a las Comunidades Autónomas o a los Centros Educativos no ofertar la asignatura de Educación Artística/Música, privando a los alumnos de una ‘formación integral’ que contribuya al pleno desarrollo de su personalidad.
Si tenemos en cuenta la Historia y las nuevas metodologías de enseñanza, basadas en las inteligencias múltiples (H. Gardner) y la interdisciplinariedad, nos damos cuenta de la importancia real que representan las artes para una sólida formación humana.
No se puede prescindir del aprendizaje de una materia en la que está comprobado que estimula las conexiones neuronales, que permite a los alumnos expresarse de una manera diferente, trabajando en equipo, usando otro tipo de lenguaje que es universal. Que les permite educar un sentido a veces algo olvidado: el oído, pero tan importante y tan necesario para el desarrollo del lenguaje, y los idiomas, que actualmente tanto nos preocupan.
Continuamente hay que ir adaptándose a las circunstancias, ser positivos y seguir luchando: elaborando nuevos materiales, buscando recursos, compartiendo ideas en blogs con otros profesores y explorando las nuevas tecnologías.
La música es una asignatura en la que pueden levantarse de su mesa y danzar, mejorando su lateralidad, conciencia corporal, visión espacial, su tono muscular, su postura… Les propone ejercicios de coordinación a través de la práctica de instrumentos musicales, y lo más importante: les ayuda a desarrollar su creatividad, autonomía y capacidad resolutiva. En la clase de música aprenden a valorar y a respetar las creaciones propias y ajenas, a buscar la belleza, a sentir y distinguir sus sentimientos, a ponerles nombre, manejarlos, verbalizarlos.
Por ello, conviene que el docente de música esté continuamente formándose y estudiando nuevos métodos como Musikawa (Flipped Classrom) para ESO que, combinados con los tradicionales que particularmente funcionan como la fononimia de Kodaly, o el método Orff, permitan hacer de esos 50 minutos por semana algo mágico en el aula de música.
Continuamente hay que ir adaptándose a las circunstancias, ser positivos y seguir luchando: elaborando nuevos materiales, buscando recursos, compartiendo ideas en blogs con otros profesores y explorando las nuevas tecnologías (aplicaciones de smartphones y tablets) pensando siempre en la consecución de un fin: que sea una asignatura diferente que logre desarrollar esas capacidades que otras asignaturas no pueden, y siempre disfrutando y haciendo disfrutar a los alumnos.
¿O es que no nos hace pensar el hecho de que un alumno con tartamudez no tartamudee cuando canta o percute un ritmo, o que un alumno con trastorno del lenguaje o déficit de atención sea capaz de aprender cantando siete veces más que lo que aprendería a través de otros métodos? ¿Y que los alumnos de altas capacidades y los alumnos de otras necesidades especiales sean capaces de relacionarse, de compartir y disfrutar al mismo nivel en una asignatura?
Por todo esto se hace imprescindible seguir avanzando y tratar de llevar a cabo un proyecto musical que permita a nuestros alumnos disfrutar del beneficio de una continuidad de la asignatura de música desde Preescolar e Infantil hasta Secundaria.
Para ello, en el colegio Orvalle implantaremos el sistema A,B,C MUSIC & ME en Infantil para el curso 2015-16, y aumentaremos las posibilidades de practicar nuevos instrumentos con nuestras alumnas de Primaria, implantaremos el sistema de moda Flipped Classrom en Secundaria, con lo que ganaremos horas para la creación musical, la danza y para la práctica vocal e instrumental; y seguiremos trabajando con el coro, actividad extraescolar voluntaria en la que participan actualmente unas 50 alumnas desde 5º de Primaria a 3º de ESO.