A todos nos gusta caer bien a los demás y nos preocupamos por causar una buena impresión. Somos seres sociales y es normal que en cierto sentido nos preocupe o nos interese dar una buena impresión. Sin embargo, en determinadas ocasiones, algunas personas pueden tener una excesiva preocupación por la opinión que tengan los demás sobre ellos. Si te preocupa excesivamente lo que los demás piensan sobre ti, si te obsesiona «el qué dirán», puedes estar olvidándote de la opinión que tú mismo tienes de ti.
¿Por qué nos preocupa la opinión de los demás?
El ser humano es un ser social por naturaleza, para desarrollarse necesita interactuar con los demás. Entre las necesidades básicas del ser humano, podemos señalar:
1. La necesidad de pertenencia a un grupo. Pertenecer a un grupo nos ayuda a reafirmar la propia identidad, a definirnos.
2. La necesidad de sentirse apoyado. El ser humano necesita percibir el respaldo de un grupo, necesita sentirse apoyado y respaldado.
Además de estas dos necesidades básicas, el grupo contribuye al desarrollo social, emocional y afectivo. El grupo permite integrarnos en la sociedad y cubre nuestras necesidades afectivas, nos permite establecer vínculos y nos alimenta nuestro bienestar y autoestima.
La opinión de los demás, por lo tanto, nos preocupa de manera natural. Los demás constituyen el grupo social y es lógico que su opinión nos pueda preocupar, ya que de ella va a depender nuestra integración o no, en el grupo y la cobertura o no de las necesidades mencionadas.
La obsesión por ‘el qué dirán’
Es cierto que esta es una preocupación, en cierto sentido, lógica y natural, pero también es cierto que cuando nos preocupa en exceso puede llegar a ser muy peligroso y nos limita.
Una preocupación en exceso por la opinión que los demás tengan de nosotros, puede llegar a convertirse en una verdadera obsesión que domine nuestra conducta y limite nuestro yo.
De manera que cuando nos preocupamos por lo que los demás están pensando nos olvidamos de nosotros mismos y actuamos para causas una buena impresión y obtener opiniones favorables. Algunas de las consecuencias de esta preocupación en exceso por el qué diran, pueden ser:
1. Comenzamos a interpretar cualquier comentario, o gesto como una opinión negativa. Debemos entender que muchas veces los demás no están opinando sobre nosotros. Cuando la preocupación es excesiva podemos interpretar gestos que no tienen que ver con nosotros como opiniones negativas y esto va a repercutir en nuestras interacciones sociales. Si pienso que el otro tiene una mala opinión sobre mí, me sentiré mal y actuaré de acorde con ese sentimiento.
2. Es lo que se conoce como profecía autocumplida. Es decir, al actuar de acorde con esa mala sensación, provocamos en el otro la reacción que nos preocupa.
3. La autoestima se ve dañada. Si estamos pendientes de la opinión de los otros, corremos el riesgo de dejar nuestra autoestima en función de esas opiniones.
5 trucos para librarnos de la preocupación por ‘el qué dirán’
1. Escucha en tu interior y déjate llevar por la opinión que tú tienes de ti mismo, no por la opinión que los demás tienen de ti.
2. Comprende que no siempre se puede gustar a todo el mundo. A veces los demás pueden tener alguna mala opinión sobre ti, pero no tiene por qué ser algo generalizado o algo que se extienda a todo lo que somos o lo que hacemos.
3. Evita interpretar lo que los demás están pensando, recuerda el peligro de la profecía autocumplida. En lugar de eso debes tener en cuenta que no tienen por qué estar opinando sobre ti.
4. Si buscas alguna opinión de alguien cercano, pregúntale directamente.
5. Aprende a aceptar las críticas y úsalas de manera constructiva para aprender y mejorar.
Celia Rodríguez Ruiz. Psicóloga clínica sanitaria. Especialista en pedagogía y psicología infantojuvenil. Directora de Educa y Aprende. Autora de la colección Estimular los Procesos de lectura y escritura.
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