Categorías:

«Las personas creen que son espectadores de su amor, cuando son protagonistas»

Tabla de contenidos

La familia no puede reducirse a un tema, una cuestión, o una moda. Influye en todas las realidades humanas primarias y es transversal a multitud de aspectos de la vivencia humana. Es, además, la célula básica de la sociedad.

Con el objetivo de atajar la crisis por la que atraviesa la familia, se hace necesario redescubrir la familia, realizar un diagnóstico de sus carencias y enfermedades y ofrecer propuestas de rehabilitación. Y eso es precisamente lo que pretende Redescubrir la familia (Ed. Palabra), un libro con un mensaje positivo, que responde a la necesidad de contar las cosas buenas del matrimonio y la familia.

En él se exponen tres ideas transversales: la esperanza de la familia, la idea de la familia como seres dependientes unos de otros, y la dimensión pública de la familia.

Nicolás Álvarez de las Asturias, editor de la obra, y María Álvarez de las Asturias, autora de la misma, responden en una entrevista para el programa La Linterna de COPE a interesantes cuestiones acerca del libro.

¿Está en crisis la familia o la persona?

Nicolás: La familia ciertamente no, lo que pasa es que ese deseo que tienen las personas de tener una familia, y tener por tanto un ámbito donde se les quiere por lo que son, cuesta de conseguir. Los hombres nos adaptamos, con el tiempo, a medios muy hostiles. Y es evidente que hoy en día para formar una familia hay una serie de elementos hostiles para los que hay que tener creatividad e imaginación, y conseguirlo.

María: Hoy en día no es fácil la vida de familia, por muchos motivos. La vida diaria es una vorágine, entre las dificultades económicas, las dificultades de conciliar el trabajo -si lo tienes, si no todavía es peor- con la vida de familia… el día a día es un estrés y una dificultad muy grande. Si a eso le unimos que, además, en ocasiones, las decisiones de contraer matrimonio vienen con una falta de madurez, de compromiso real, de sostener la palabra dada y de luchar por ese compromiso adquirido, entonces nos encontramos con que todo esto es todavía más difícil de vivir.

Luego, hay una crisis de valores.

Nicolás: Hay una crisis de valores y hay una disfunción entre un deseo y ser consciente de que ese deseo exige por nuestra parte una serie de armas o de elementos que nos permitan conseguirlo. En el fondo, muchas personas piensan que son espectadores de su propio amor y están a la espera de ver cuánto dura. Y no son conscientes de que en el amor, como en muchas cosas importantes de la vida, somos protagonistas.

¿Por qué redescubrir la familia, está oculta?

Nicolás: La familia está, pero es la gran ausente: en debates, en políticas, en conversaciones… Ponerla en valor y ser conscientes de que es un activo maravilloso, no solo contra la crisis económica, sino para tantas y tantas facetas de la persona es el redescubrimiento del siglo.

María: La familia está empezando a pedir protagonismo. Es verdad que la familia ha sostenido la crisis, porque a través de la familia es donde se cuida a las personas más vulnerables, pero ahora que está empezando a remontar un poquito la crisis, la familia pide protagonismo en la vida civil, se piden políticas de conciliación, ayudas, políticas familiares, y que se tenga en cuenta en las decisiones políticas de todo tipo.

¿Por qué hay tanto fracaso, qué es lo que pasa, cuál es el diagnóstico?

Nicolás: Se llega regular al matrimonio. De la misma manera que necesitamos capacitarnos para desarrollar muchas dimensiones, se necesita de una capacitación para relacionarnos, de perseverar, de luchar por alguien a quien queremos, de respetar, etc. Ese es uno de los motivos. Otro motivo es que la vida se te va poniendo cada vez más difícil y hay que saber cómo saber salir adelante y en quién contar… muchas veces el problema es saber a quién pedir ayuda.

María: Me preocupa mucho el pesimismo con el que se va al matrimonio y a la familia. Como desgraciadamente constatamos que muchos matrimonios y muchas familias se rompen, estamos viendo que los jóvenes llegan al matrimonio con la convicción de que esto es imposible, que antes o después se va a romper. Si esperamos una dificultad suficiente para romper el matrimonio, la vamos a encontrar. 

Muchas veces crisis significa ruptura total, ¿no?

María: Ese es otro error. Una crisis no es sinónimo de motivo de ruptura, salvo excepciones. Una crisis es una alteración del equilibrio en el que las personas crecen. Crecer significa esfuerzo, sacrificio, poner muchas cosas de tu parte y pelearte con el egoísmo, que no es fácil. En una situación de estabilidad se puede introducir un factor que desestabilice ese equilibrio. Por ejemplo, la llegada de un niño -no puede ser una noticia mejor-, introduce un factor de desestabilización muy grande: desajuste horario, falta de sueño, cambia la organización doméstica, modifica la relación de pareja, etc. Por una cosa buena, hemos entrado en crisis. Normalmente tenemos recursos suficientes para restablecer el orden que se ha perdido, pero cuando no, lo que debe hacer es pedir ayuda.

¿Cuáles son, a grandes rasgos, las propuestas que recogéis en el libro?

María: Iniciativas que han surgido del trabajo de campo. Acompañando matrimonios, a las personas, a las familias, iniciativas para dar respuesta a lo que necesitaban esas familias. Unas veces es ayuda en las dificultades, otras es ayuda en la vida diaria que no tiene por qué ser dificultades: ser acompañados, ser sostenidos, ser ayudados en la educación de los hijos… Son propuestas que ya están testadas. Esto que presentamos en el libro ha funcionado. Y ha funcionado para bien. Por eso nos parece necesario contarlo, en un momento en el que hay desánimo y falta de esperanza.

¿Cómo pueden las leyes ayudar a sostener la familia?  

Nicolás: El libro lo que señala es que la familia necesita un hábitat adecuado. Ese hábitat puede protegerse o puede corromperse. La ley puede proteger un ambiente en el que la familia sea viable y darle ayudas concretas o puede corromper ese ambiente distorsionando la vida familiar o haciéndola muy difícil.

María: Nosotros lo que proponemos como solución para la crisis de la familia es, por un lado la formación, que no garantiza el éxito de una unión matrimonial pero ayuda bastante; no estar solos, estar acompañados de otras familias, de escuelas de padres, de grupos de amigos, etc. Estar solos hace muy difícil la batalla del día a día y el desgaste que este produce. Y por otro, pedir ayuda cuando algo no va bien, no cuando uno está pensando en separarse, sino cuando las cosas no van bien y cuando no hemos sido capaces de resolver un problema que inicialmente no era muy serio, pero que si lo dejamos se enquista y lo que va haciendo es distanciar a la pareja.

Puedes escuchar la entrevista completa aquí.

Isabel Martínez

Te puede interesar:

10 valores para transmitir en familia

–  La importancia y los riesgos de la familia en tiempos de crisis

La familia, «humus» fértil del amor

La mejor red social del mundo, la familia

La estupenda vida de familia

Los 7 hábitos de las familias altamente efectivas

Otros artículos interesantes