El carácter es un aspecto cambiante y diferente en cada persona. Tener un carácter fuerte, depresivo, optimista o pesimista, determina nuestra forma de ser, es decir, nuestra personalidad. Ahora, un estudio de la Universidad Europea de Neuropsicofarmacología ha tratado de demostrar que nuestro carácter podría estar determinado por nuestra fecha de nacimiento, por la estación del año en la que nacemos.
Este reciente estudio, que ha presentado sus resultados en la última Conferencia Anual del ECNP, ha reafirmado las creencias de que el momento del año en el que nacemos afecta en cómo será nuestra personalidad al llegar a la vida adulta. Tras estudiar a 400 personas, se observó que, en función de cuándo nacieron, su tipo de personalidad al crecer era de un modo u otro, dándose coincidencias entre las personas nacidas en los mismos meses.
La monoamina, la clave de la personalidad
Así, después de realizar un seguimiento de los comportamientos de los niños durante varios años, los estudios bioquímicos han demostrado que la temporada en la que se nace tiene una influencia sobre ciertos neurotransmisores de monoamina, unos neurotransmisores que se encargan de controlar el estado de ánimo.
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Es decir, los niveles de monoamina presentados al nacer son similares en los individuos nacidos en la misma época y, según los resultados obtenidos, podrían presentarse en las mismas cantidades con el paso de los años.
Los nacidos en verano, propensos a los cambios de humor
Los datos obtenidos indicaban que, la mayoría de los niños nacidos entre junio y septiembre, tendrían, y mantendrían con el paso de los años, niveles irregulares de monoamina y, en consecuencia, un carácter mucho más cambiante e inestable.
Así, este estudio descubrió que el número de personas con un temperamento ciclotímico, caracterizado por rápidos y frecuentes cambios de estados de ánimo entre tristes y alegres, es significativamente mayor en los nacidos en el verano.
Los nacidos en invierno, menos propensos a ser adultos irritables
Por otra parte, los niños nacidos en los meses de invierno se caracterizan por tener un carácter poco irritable, al contrario de lo que se podría pensar por nacer en meses de frío y poca luz. También, los nacidos en otoño son menos propensos a ser depresivos que los nacidos en cualquier otra época del año.
Por último, se observó un mayor número de personas con un temperamento hipertímico, aquel con una tendencia a ser excesivamente positivos, entre los nacidos en los meses de primavera y cercanos al verano.
El factor genético en la personalidad
En definitiva, este estudio, en base a los resultados obtenidos, ha podido determinar que las personas nacidas en ciertas épocas del año tienen una mayor probabilidad de desarrollar ciertos tipos de temperamentos, que pueden conducir a trastornos del estado de ánimo.
Ahora sabemos que, además de los posibles factores genéticos y ambientales que están implicados en el temperamento de cada uno, la temporada en la que nacemos también tiene un papel importante. Además, el objetivo que se quiere cumplir en un futuro cercano es dar un paso más y averiguar si hay marcadores genéticos que estén relacionados con la época de nacimiento y produzcan trastornos en el estado de ánimo.
Patricia Núñez de Arenas
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