MADRID, 25 Junio
Los niños de entre 4 y 10 años tienen cada vez más miedo a sentirse abandonados por sus padres y a dejar de ser queridos, especialmente si los progenitores están en un proceso de separación.
No obstante, los adolescentes también suelen experimentar estos tipos de miedo ante los procesos de divorcio aunque lo manifiestan de otra forma como, por ejemplo, con irritabilidad.
Así lo ha comentado la psicóloga y una de las autoras del libro ‘Los niños, el miedo y los cuentos. Cómo contar cuentos que curan’, Ana Gutiérrez, quien ha destacado la importancia de que los padres no utilicen a los hijos como «arma arrojadiza» cuando deciden poner fin a su matrimonio y, por el contrario, muestren constantemente cariño hacia sus hijos y le expliquen, de una manera serena, la nueva situación.
Pero los más pequeños no sólo experimentan este tipo de miedo sino que también es frecuente que se asusten con la oscuridad, con los truenos, los animales, la muerte o cuando acuden al médico porque saben que les puede hacer daño. Sin embargo, estos temores son normales e incluso pueden ser beneficiosos en el desarrollo de los más pequeños.
Y es que, ha recordado Gutiérrez, «el miedo es una emoción y las emociones no entienden de razones». Por ello, ha explicado cuáles son las principales estrategias que deben llevar a cabo los padres para evitar que el niño tenga miedo. Entre ellas, ha destacado la necesidad de que no les quiten importancia a esos miedos, que pueden convertirse en fobia, sino que les comprendan e intenten animarles a superarles porque es un hecho psicológico.
«No hay que decirles la frase ‘ya ha pasado, no hay nada’ sino que hay sentarse con ellos, dejar a lo mejor una luz, y estar con el pequeño el más tiempo posible hasta que se le haya pasado por completo el susto», ha recalcado esta experta.
Asimismo, otro de los consejos es crear un cuento en el que el padre o la madre construya un escenario que sea común en la vida del niño, personajes llamativos y con colores e incluso hacer algunas referencias de la habitación. Esta técnica hará que el hijo se introduzca en ese cuento imaginario y deje de lado los miedos.
Las técnicas de respiración son también muy recomendables para conseguir que el niño sepa relajarse y, por tanto, enfrentarse a esos miedos. Para ello, es importante que los padres ayuden a sus hijos a respirar, con pequeños ejercicios, a través del diafragma.
«Un truco puede ser enseñarles a respirar puede ser que se imaginen que su tripa es un globo de feria de los que flotan por el aire y que tienen formas que le gustan como, por ejemplo, Bob Esponja o un unicornio mágico con un cuerno de color dorado», ha comentado Gutiérrez.
Ahora bien, estos consejos no pueden ser efectivos si los padres no son los primeros que los llevan a la práctica ya que, aunque existen determinados miedos que son genéticos, otros muchos los crean los padres a sus hijos. «Son ellos los primeros que tienen que estar tranquilos y no asustarse» porque si lo hacen los más pequeños lo van a copiar, ha zanjado la psicóloga.