Llega el verano, y con el las peligrosísimas altas temperaturas. Además de cuidar a tus hijos de los golpes de calor y vestirles acorde a la época del año, hay que tener especial precaución con dejar a los niños solos en el coche: una sola hora “olvidados” puede tener consecuencias fatales como la muerte, como recuerdan los pediatras españoles.
“Con la llegada del verano comienzan a subir las temperaturas y a incrementarse el riesgo de muerte de los niños por un golpe de calor sufrido en el interior de un coche”, alertan desde la Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria, que lamentan que aunque estas trágicas noticias nos sorprenden, “por desgracia no son infrecuentes”.
Es por este motivo por el que vuelven a apelar, otro verano más, a la prevención por parte de los padres para hacer frente a situaciones tan dramáticas como sería la muerte de un niño por calordentro de un coche: es importantísimo que los padres extrememos la prudencia a la hora de transportar a nuestros hijos en el coche.
El peligro del calor en el coche en verano
Según explican los pediatras, en la mayoría de los casos son niños de entre uno y cinco añosatados en la silla de seguridad del asiento trasero del automóvil los que son víctimas de olvido de sus familiares o cuidadores. “El cambio de rutinas o hábitos como el final del colegio o una circunstancia inesperada pueden desencadenar la tragedia”, insisten los expertos.
“Incluso los padres más preocupados pueden tener momentos de distracción respecto a los hijos, sobre todo cuando son muy pequeños, por el estrés que afrontan”, comentan, al tiempo que hacen un llamamiento a intentar evitar pensar que esas cosas no nos pasarán a nosotros, porque, por desgracia, pasan: “sucede a personas de todos los niveles socioeconómicos y educativos”, explican.
En condiciones normales, la temperatura del cuerpo de todas las personas está entre 36 y 37 grados, con independencia de si hace frío o calor. Ahora bien, los mecanismos encargados de la regulación de la temperatura del cuerpo no son tan eficaces en niños de menos de cinco años. Esto es por tres motivos:
Los niños pequeños tienen proporcionalmente más superficie corporal (acumulan más calor); su cuerpo contiene más agua y tienen menos autonomía para beber, por lo que se deshidratan con más facilidad. Esto hace que los niños de menos de cinco años estén expuestos a un mayor riesgo para desarrollar un golpe de calor en un corto periodo de tiempo, y que éste sea más grave, pudiendo incluso producir la muerte.
Las altas temperaturas en los vehículos
Según explican los pediatras, el aumento de la temperatura en los coches es significativo en los días claros y soleados, lo que pone a los niños en riesgo. Los coches se calientan muy rápidamente, con tan sólo 15 ó 30 minutos al sol ya hará calor dentro de ellos.
Por ejemplo, los pediatras aseguran que en un día de 36°C, un coche con puertas y ventanas cerradas, aumenta hasta los 67°C en 15 minutos, un aumento que es menor en coches de colores claros y monovolúmenes. Con las ventanillas bajadas 5 centímetros, se alcanza una temperatura interior de 50ºC, que sigue siendo muy alta.” Un niño en el interior de un coche aparcado al sol en verano y sin ventilación puede alcanzar los 42 ó 43 grados de temperatura corporal y morir en el plazo de 30 a 60 minutos”, alertan.
Los síntomas del golpe de calor y qué hacer
Los síntomas iniciales del golpe de calor son: respiración rápida, aumento de la frecuencia cardíaca, fiebre, piel muy caliente(con o sin sudor), sed intensa, dolor de cabeza, irritabilidad, vómitos, decaimiento y disminución del nivel de conciencia incluso con convulsiones.
¿Qué hacemos si observamos estos síntomas en nuestro hijo o en un niño en un coche? En estos casos se debe actuar de inmediato y llamar a los servicios de emergencias y hacer lo siguiente:
– Intentar abrir el automóvil manteniendo la seguridad del menor (por ejemplo rompiendo el cristal de una ventanilla alejada).
– Antes de trasladarlo a un centro hospitalario es necesario enfriar el cuerpo, trasladando al niño a la sombra o a una zona más fresca, sumergiéndolo en agua tibia, aplicando paños o toallitas mojadas en la cabeza y en el resto del cuerpo; estos paños mojados deben cambiarse cada poco tiempo, por otros frescos, porque rápidamente se calientan. Si es posible, utilizar un ventilador que aumente el efecto refrigerador.
– Elevar la cabeza del niño y, si está consciente, ofrecer líquidos, preferentemente con sales, por ejemplo solución de rehidratación oral (deben ofrecerse pequeñas cantidades con frecuencia).
No olvides todos estos consejos y, sobre todo, nunca olvides ni dejes a tus hijos en el coche al sol mientras haces recados, por muy poco que creas que vas a tardar. Mejor llevarlos contigo y evitar una tragedia.
Ángela R. Bonachera
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