En este otoño, marcado por las elecciones generales, las familias tenemos que tomar conciencia de la importancia de educar en los valores que harán de nuestros hijos buenos ciudadanos. Las familias, como células fundamentales de la sociedad, estamos preocupadas por el devenir del país.
Llegado el momento, cuando empiecen a conocerse los programas electorales de los distintos partidos, estudiaremos al detalle aquellos aspectos que nos afectan de manera más directa: planes de apoyo a la familia, defensa de la vida, proyecto educativo, medidas en materia sanitaria, apoyo a los hogares con personas dependientes… Y el rumbo de nuestro voto tendrá que ver con el grado de confianza que nos inspiren esas promesas electorales.
El compromiso político nace en la familia
Pero antes de llegar a ese punto, al momento en el que la papeleta se deposita en la urna, la familia tiene una labor primordial en la socialización para la práctica política. Es decir, es en el seno de la familia donde los hijos van a aprender la importancia de la participación de los ciudadanos en la política. Y es fundamental que los padres entendamos que esta tarea no consiste en adoctrinar sobre posiciones políticas, sino en despertar en los hijos el interés por ocuparse de lo que les sucede a los demás.
En palabras de Daniel Ureña, director general del Grupo Mas Consulting, especializado en análisis político, «la familia es el escenario perfecto para despertar el interés por la Política con mayúsculas, esto es, por transmitir valores e ideas que deberían estar presentes durante la vida como adultos. Principios como el respeto a los demás, el servicio, la justicia, la libertad, etc. pueden y deben inculcarse en la familia«.
María Solano Altaba
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