MADRID/TOLEDO, 16 Abril
Los geriatras reunidos en la V Reunión Nacional de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica han advertido de que, en la actualidad, un 80 por ciento de la población mayor de 65 años tiene obesidad.
«De mantenerse los índices actuales de obesidad podemos estar hablando de un grave problema de salud», ha precisado la doctora Cristina Alonso, del servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), quien ha participado en este encuentro, celebrado en Toledo.
El origen de este problema se encuentran en el desequilibrio entre la alimentación y la actividad física. «Los hábitos de vida actuales con dietas hipercalóricas de alto contenido en grasa combinado con una vida sedentaria han hecho aumentar los casos de sobrepeso y obesidad», ha precisado esta experta.
De esta manera, ha subrayado la importancia de mantener una buena y de alcanzar un nivel adecuado de actividad física y ejercicio. «Para mantener la composición corporal adecuada hay que realizar una ingesta adecuada con un equilibrio entre los nutrientes que se toman y los que se gastan en la actividad diaria y física. El problema es que esta balanza no suele estar equilibrada y se tiende al aumento de la grasa y el peso», ha argumentado.
Además, la educación está relacionada con el tipo de alimentación. En las personas con menor nivel cultural se triplican los casos de sobrepeso. «De igual forma, se ha observado que los mayores que viven con sus familias llevan una alimentación más adecuada. De hecho, estar institucionalizado o vivir solo constituyen factores de riesgo para una mala nutrición», ha añadido.
En general, los geriatras consideran que la dieta del mayor tiene que asemejarse lo máximo posible a la Mediterránea. «Debe incorporar proteínas como carnes, pescados, legumbres, frutos secos, vegetales y verduras. Estos últimos suelen estar ausentes en las comidas de los mayores mientras que son más frecuentes las grasas y los hidratos de carbono», ha explicado la doctora.