El Gobierno ha aprobado flexibilizar los grados para permitir que haya carreras universitarias de tres o de cuatro años a partir del próximo curso. Esta decisión, que es voluntaria para las universidades y que pueden poner en marcha a partir de septiembre de 2015, tendrá consecuencias positivas y negativas tanto para nuestros hijos como para nu nuestros gastos.
Grados de tres o de cuatro años, la diferencia
Se llama «4+1» a una fórmula que explica cómo están organizadas la mayoría de las carreras universitarias en España: cuatro años de grado (equivalentes a 240 créditos ECTS) y un año de máster de 60 créditos que, en la mayoría de los casos, es opcional. Esta división de años de estudio no se da igual en carreras como Medicina, que siguen su propia estructura y normativa.
El cambio incluido en el nuevo real decreto del Gobierno dice que las universidades pueden cambiar, si quieren, la estructura de sus carreras y hacer que los grados sean de tres años en lugar de cuatro, con un máster de dos años, el conocido como «3+2». Esta es la fórmula que siguen en la mayoría de los países de la Unión Europea.
Eso sí, estos cambios no se aplicará en carreras reguladas que tienen su propia normativa: las de ingeniería y arquitectura, las de salud (como medicina, enfermería o nutrición) y los másteres habilitantes (el de abogacía y el de profesor de Secundaria, por ejemplo).
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¿Me costará más caro que mi hijo estudie en la universidad?
Con el paso de grados de cuatro a tres años, lo cierto es que no te costará más caro que tu hijo estudie en la Universidad, sino que si tu hijo comienza a estudiar un grado que pase a la nueva fórmula 3+2, te ahorrarás un año de estudio en tasas universitarias y mantenimiento de tu hijo si éste estudia en una Universidad fuera de tu ciudad.
De hecho, el Gobierno ha cifrado este ahorro en 150 millones de euros para las familias por el coste adicional que supone el cuarto año de carrera universitaria en algunos grados en los que, a juicio del Ministerio de Educación, se puede pasar de cuatro a tres años de carrera.
Así lo dice también un estudio de la Universidad de Milán para el Instituto de Investigación Social y Económica, que explica que los grados de sólo tres años incrementan en un 10 por ciento el acceso de los jóvenes de bajo nivel económico a la universidad y reduce el abandono. En esencia, es más barato estudiar una carrera de tres años que hacerlo cuatro, por lo que personas con menos recursos pueden acceder a tener estudios universitarios y que esto no suponga un gran esfuerzo económico a sus familias.
Ahora bien, en el caso de que tu hijo estudie en un campus se adhiera al cambio y quiera hacer un máster, la verdad es que sí será más caro, porque éste pasará de ser de un año a requerir dos años de estudios, y los másteres tienen unas tasas universitarias más caras, ya sean en universidades públicas o privadas.
Los beneficios del cambio para nuestros hijos
Aunque es cierto que el estudiar dos años de máster será más caro, también esto puede tener beneficios para tu hijo: le permitirá diferenciarse más del resto de candidatos, ya que probablemente no mucha gente quiera pasar dos años más estudiando un máster cuando, con tres, ya pueden salir a trabajar. Así, si tu hijo estudia un máster tendrá un conocimiento mucho más específico y profundo, lo que le ayudará a encontrar trabajo dentro y fuera de España. De hecho, ha aumentado la tasa de empleo entre mujeres con estudios superiores.
También puedes utilizar esto como «herramienta» para hacer que tu hijo madure: deberá entender el precio del máster y el esfuerzo económico que requiere. Cuanto antes entienda esto, mejor para todos porque requerirá madurez y esfuerzo por su parte.
Además, esta fórmula de estudios es la misma que se sigue en la mayor parte de Europa, lo que permitirá a tu hijo mayor movilidad si quiere ir a estudiar a un país de la Unión Europea. Según se ha explicado desde el Ministerio de Educación, el hecho de que haya grados de tres años permitirá que, si los alumnos deciden estudiar el máster fuera, no hayan «perdido» un año, ya que sus compañeros de clase en el país europeo habrán estudiado tres años de grado, y no cuatro como hasta ahora en España.
Por otro lado, el actual sistema de cuatro años de grado y uno de máster hizo más difícil a los estudiantes cursar estudios de doctorado fuera de España ya que en algunos países no se les reconocía el título de máster español (de 60 créditos) como suficiente, por lo que tenían que estudiar más para complementarlo, y eso después de haber estudiado «un año más» de grado. Este problema se acabará en aquellos casos en los que las Universidades se unan a la medida de flexibilización de grados universitarios.
Ángela R. Bonachera