La llegada del otoño trae consigo muchos cambios que podemos ver a simple vista: llegan las lluvias, los días se vuelven más fríos y, por encima de todo, los árboles comienzan a perder sus bonitas hojas, que se convierten en un magnífico manto para las calles. Otra de las muchas señas de identidad de esta estación del año son los frutos, ¿por qué no aprovechas para enseñárselos a tus hijos?
Los expertos recomiendan tomar frutas y verduras, pero mejor que sean de temporada. Cada estación del año tiene unas frutas más típicas, por lo que el cambio entre una y otra es el momento perfecto para que los pequeños las conozcan y, los más importante, las prueben.
La «suerte» que tiene el otoño es que son los muchos momentos claves de esta estación del año que están relacionados con sus frutos: así, si en el colegio le hablan de ‘Halloween’, nos será la excusa perfecta para darle calabazas. Lo mismo ocurre, por ejemplo, con la fiesta de Todos los Santos, donde las castañas asadas tienen un lugar especial en las mesas de cada casa. ¿Conoces los frutos típicos de esta época del año? Aquí tienes una lista, con algunas características de ellos.
Frutos y frutas típicas de otoño
Calabaza. Sus muchas propiedades la hacen una hortaliza muy recomendable a todas las edades. Se trata de un alimento con un bajo aporte calórico y graso, de alto contenido en potasio y en fibra, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento.
Chirimoya. Fruta tropical con múltiples propiedades, es de muy fácil digestión y su alto contenido en fibra le confiere propiedades laxantes. Para niños es muy buena debido a su contenido en minerales (calcio, fósforo, hierro), vitaminas, proteínas y azúcares.
Granada. Esta fruta contiene agua e hidratos de carbono en forma de azúcares. Además, proporciona una pequeña cantidad de proteínas y prácticamente nada de grasa. Contiene vitaminas, potasio, manganeso, fosforo, hierro y cobre.
Mandarina. Una de las frutas favoritas de los niños gracias a su sabor dulzón y la facilidad para pelarlas. Es uno de los mejores alimentos para picar entre horas: aporta vitamina C y carotenos, además de minerales.
Manzana. Se trata de una fruta muy completa y de bajo aporte calórico. Está compuesta de agua, hidratos de carbono, proteínas, grasa, vitaminas, minerales y fibra.
Membrillo. Los membrillos son muy famosos por el dulce que se prepara por ellos, pero también tienen muchas propiedades: tiene un excelente nivel de potasio y algo de calcio. Asimismo, destaca por su alto contenido en fibra y en ácido málico. Suele ser empleado para combatir diarreas.
Naranja. La naranja resulta imprescindible en la dieta, sobre todo durante los meses de invierno, ya que ayuda a reforzar las defensas del organismo. Es fruto del naranjo, uno de los árboles más vinculados a la cultura mediterránea, aunque no sea originario de estas latitudes, y uno de los cítricos que más frutos produce.
Pera. Está indicada para todo el mundo, pues es la fruta mejor tolerada por el organismo y la menos alergénica. Además posee extraordinarias propiedades nutricionales.
Plátano. Destaca por su alto valor energético ya que es muy rico en hidratos de carbono, Contiene agua, proteínas, grasa, vitaminas, ácido fólico y minerales, además de fibra.
Pomelo. Es una fruta muy poco calórica. Destaca por su mucha riqueza en vitamina C, demás de ser rico en potasio y flúor. Actúa como excelente diurético y laxante, lo que hace que haya personas que asocien esta fruta con el adelgazamiento.
Uva. Uno de los alimentos característicos de la dieta mediterránea. Contiene fundamentalmente agua e hidratos de carbono, algo de fibra y vitaminas, así como minerales como el potasio o el calcio.
Frutos secos de otoño
Almendras y avellanas. Estos frutos secos son muy ricos en vitamina E y fibra. Además aportan calcio, por lo que se recomiendan para prevenir enfermedades como la osteoporosis.
Cacahuetes. Son muy ricos en proteínas y potasio, lo que los hace muy recomendables para controlar la hipertensión o prevenir la retención de líquidos. También son ricos en fósforo y hierro, y destacan por sus propiedades contra el colesterol.
Castañas. Es uno de los frutos secos con menos calorías: tiene menos grasas, alto contenido en agua y nutrientes como el potasio y los folatos. Su cantidad de hidratos de carbono es alta, por lo que se aconseja moderar el consumo en caso de diabetes.
Nueces. Son ricas en omega 3, por lo que su consumo es bueno para protegerse de enfermedades coronarias en tanto que reducen los niveles de colesterol. También están indicadas contra la fatiga, el estrés o el síndrome premestrual.
Pistachos. Es uno de los frutos secos que más fibra y energía aporta junto a nueces y piñones. También tiene un alto contenido en minerales, vitaminas, ácidos gratos, proteínas y micronutrientes saludables.
Ángela R. Bonachera
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