Estas líneas pretenden ser la base de una reflexión para aquellos jóvenes que acaban la etapa escolar y se enfrentan a nuevas perspectivas, seguramente sin la consciencia de que han dejado atrás unos años de gran influencia en su futuro, años vinculados a personas que han formado su entorno educativo desde la familia y el colegio, años que llenarán su vida de recuerdos imborrables: amigos, anécdotas, ilusiones, ¿acaso el primer amor? En definitiva, un tesoro enganchado a la memoria, perdurable a través de los tiempos.
En esa nueva etapa, sin duda, surgirán momentos en lo que, estrenando libertad hay que tomar decisiones propias y asumir las consecuencias de las mismas. La madurez en las personas no está garantizada por cumplir años; se crece por dentro cuando se saca provecho del pasado al mirar el futuro, cuando nos sabemos enfrentar a las adversidades sin perder la ilusión y la sonrisa.
Se emprende el viaje hacia el mañana con la ayuda de esa maleta que se ha ido llenando poco a poco con lo que has puesto tú, lo que te ha transmitido la familia, lo que te ha enseñado el colegio.
Es tu equipaje para el futuro, que ha empezado ya.
¿Qué has metido tú en tu equipaje para el futuro?
Veamos: esfuerzo, ilusiones, amistades, generosidad en el compartir, afectos, travesuras, rebeldía …
¿Y tu familia?
Cariño, ayuda, comprensión, sacrificios, ejemplo, exigencia. Tus padres te han educado para hacerte fuerte, capaz, porque saben que su misión es prepararte para que puedas prescindir de ellos, siguiendo eso que llaman «Ley de Vida». Por eso tienes que comprender cuanto amor han puesto cada vez que han tenido que decirte NO.
El colegio ha ocupado tu maleta, completando la labor de la familia, y ha atendido tu formación intelectual, física y espiritual porque esa es su misión, eso es hacer bien el trabajo.
El profesor, deja un poco de sí mismo en cada alumno y siente que es buen profesional cuando pone buenas notas; una mala nota es un indicador de frustración. Ha sido exigente contigo porque sabe que cada persona tiene capacidades que, en la edad escolar hay que hacer a aflorar, a veces, a pesar de uno mismo. Estoy segura de que en tu memoria guardarás la admiración por alguno, que puede influir incluso en tu vocación.
Y ahora ¿qué?
Seguir llenando esa maleta solo depende de ti. Haz crecer tus talentos y derrama sobre los demás todo lo bueno que tienes. Derrocha gratitud porque es la memoria del corazón, y regala tu sonrisa generosamente.
Empieza ya. Mañana es el primer día de tu futuro.
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