Las patatas son bien conocidas como un alimento rico en potasio y vitamina C, entre otras propiedades. Sin embargo, un reciente estudio publicado este mes en la revista British Medical Journal (BMJ) acaba de revelar que las mujeres que consumen patatas de forma habitual tienen un mayor riesgo de sufrir diabetes durante el embarazo.
Los investigadores han llegado a esta conclusión después de un estudio de diez años. En este periodo, los científicos han estudiado la dieta de 21.000 embarazadas. De ellas, 845 desarrollaron diabetes durante la gestación. Según los autores del trabajo, se constata que el consumo de patatas (tanto heridas como al horno o fritas) está «significativamente relacionado» con la diabetes durante el embarazo.
Patatas, embarazo y diabetes
La cantidad de patata consumida influye en el efecto, según este estudio. De este modo, las mujeres que toman a la semana una patata hervida o al horno, 237 mililitros de puré de patatas o 113 gramos de patatas fritas tienen un 20% más de posibilidades de sufrir esas complicaciones. Las posibilidades aumentan si se incrementa la cantidad: aquellas que consumen más de cinco de esas raciones a la semana corren un riesgo 50% veces mayor.
El estudio señala cómo, «a pesar de que las patatas son ricas en vitamina C, potasio, fibra alimentaria y algunos fitoquímicos, pueden tener efectos negativos en el metabolismo de la glucosa, al contrario que otros vegetales». Según los autores, eso es debido a que las patatas contienen grandes cantidades de almidón, que se absorbe rápidamente.
Partiendo de estos datos, los autores del informe concluyen recomendando sustituir las patatas por otros vegetales, legumbres o granos integrales antes del embarazo con el objetivo de rebajar el riesgo de sufrir diabetes.
La diabetes en el embarazo
La diabetes en el embarazo no es muy común. Se trata de un trastorno que suele afectar sólo al cuatro por ciento de las mujeres embarazadas y, por normal general, aparece a partir del séptimo mes. Esta enfermedad se presenta acompañada de un elevado nivel de glucosa en sangre, lo que hace importante cumplir el seguimiento que dicta el médico, pues los síntomas suelen pasar inadvertidos y, de ahí, el alto riesgo de afectar de forma negativa al bebé.
La mujer que padece diabetes gestacional suele tener trastornos de la concepción, abortos espontáneos y una mayor incidencia de diabetes mellitus tras el parto.
Por su parte, el principal riesgo para el bebé es el incremento de las probabilidades de, al alcanzar la edad adulta, desarrollar una diabetes y tener tendencia a la obesidad. Además, le podrá ocasionar un retraso en el crecimiento, malformaciones congénitas, un tamaño más grande de lo normal, nacimiento prematuro y, en casos más graves, muerte fetal, como puedes leer en este artículo.
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