Lleva más de dos meses sin madrugar y con horarios más flexibles a la hora de acostarse. Después de más de 60 días de vacaciones se les plantea coger de nuevo la rutina y debemos de prepararles para que volver al colegio sea lo más suave y fácil posible. Para hacer que la vuelta al cole no sea tan brusca para los niños, no debe de suponer una ruptura con el verano.
Recomendaciones para para adaptar al niño al nuevo horario
– Lo ideal es que las rutinas no se hayan perdido durante el verano, aunque los horarios hayan podido ser más flexibles que los del curso escolar.
– Si no ha sido así, se recomienza que en los días previos se vaya ajustando los horarios de forma gradual, de este modo, le va a costar menos la reincorporación y estará menos cansado.
– Fomentarles para acostarse a una hora prudente, en donde pueda cumplir las 10 o 12 horas necesarias de descanso, y que se vaya levantando a la misma hora a la que tendrá que hacerlo los días de colegio.
– Es conveniente, para que no llegue con desmotivación ni sin ganas al colegio, que se repase un poco por las mañanas lo aprendido el curso anterior para que no vaya totalmente en blanco.
– Se aconseja que los primeros fines de semana de la vuelta al colegio se aprovechen para ir a la piscina o para realizar actividades parecidas a las practicadas en verano.
El primer día de colegio del niño
Si es la primera vez que va a acudir el niño a la escuela, es muy importante que el niño se familiarice con el entorno, por lo menos físico, uso días antes. Es recomendable que los padres lleven al niño los días antes al centro, que hagan la ruta que va a seguir los próximas días durante su curso escolar, para que pueda hace contacto con su nueva realidad.
El niño debe de saber que el centro va a ser un lugar de aprendizaje y que la formación no es enemiga del disfrute. Hay que insistir en que aprendiendo va a encontrar nuevos amigos y realizar actividades increíbles.
Ajustar los horarios a las actividades extraescolares
Llega el día de apuntar a los niños a las actividades extraescolares, tanto físicas, intelectuales o creativas, para potenciar su desarrollo. La elección de las actividades tiene que elegirse con el dialogo del niño y que éste este conforme e ilusionado.
Hay que tener en cuenta sus intereses, aficiones, sus posibilidades y sus necesidades. Sobrecargar al niño puede resultar contraproducente.
Noelia de Santiago Monteserín