La desnutrición crónica es un factor clave en el contagio de enfermedades infecciosas debido a la deficiencia de nutrientes en el organismo y al consiguiente debilitamiento del sistema inmunitario. Ahora, con motivo del III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública, se han expuesto los riesgos que implica, las posibles soluciones y la importancia de su prevención.
Los últimos datos sobre la desnutrición crónica señalan que, entre el 35 y el 40 por ciento de los casos de muerte antes de los cinco años son causa de la desnutrición crónica. Esta a su vez ha sido la principal causa de que las enfermedades infecciosas en países en vías de desarrollo hayan crecido notablemente en los últimos años.
La desnutrición, causa de las enfermedades infecciosas
Cuando la desnutrición pasa a ser una desnutrición crónica, el sistema inmunitario queda totalmente desprotegido debido al déficit crónico de calorías y proteínas. De esta forma, el organismo no tendrá defensas suficientes para hacer frente a algunas enfermedades infecciosas como el Ébola, la malaria, el SIDA o la gripe, u otras dolencias como la tuberculosis, las diarreas y diversas enfermedades respiratorias.
La principal consecuencia es que el organismo, totalmente indefenso, de las personas que sufren una desnutrición crónica tiene un mayor riesgo de sufrir complicaciones que pueden llegar hasta la muerte. Además, la efectividad de las vacunas en ellos disminuye notablemente, lo que hace aún más difícil la aplicación de cualquier tratamiento.
Menos mortalidad gracias a la nutrición comunitaria
El sistema inmunitario es el gran afectado por los efectos adversos de la malnutrición. Además de cambiar la talla y el peso, las personas que sufren desnutrición tienen déficit de nutrientes, calorías y proteínas que debilitan su sistema inmunitario. La consecuencia más grave de estos niveles agudos de desnutrición es el aumento del riesgo de otra serie de enfermedades como: dolencias respiratorias, intestinales y tuberculosis, entre otras.
Ahora, con motivo del III Congreso Mundial de Nutrición y Salud Pública, un grupo de expertos intenta concienciar a la sociedad de los riesgos de la desnutrición crónica e intenta buscar soluciones que, a corto y a largo plazo, consigan reducir esas tasas de desnutrición y con ello las enfermedades infecciosas que conllevan. Así, la nutrición comunitaria aparece como una importante solución para afrontar el problema y surtir a la población de una serie de herramientas con las que poder reducir las tasas de mortalidad.
La prevención de la desnutrición, el gran objetivo
Las mejoras sanitarias y económicas en algunos países en vías de desarrollo se han traducido en un descenso de las cotas de mortalidad causada por la desnutrición. En los últimos veinte años, estas cifras se han reducido de un 53 a un 40 por ciento. Sin embargo, estas cifras siguen siendo muy elevadas y, en el actual contexto de crisis podría volver a crecer alcanzando cotas más altas. Los retrocesos sociales, sanitarios y económicos que están sufriendo algunos países en estos últimos años de crisis pueden llevarles también a un retroceso en cuanto pesonas que sufren desnutrición y sus efectos devastadores en la sociedad.
Por eso, en el contexto actual, las mejoras en la higiene o los programas de vacunación, aunque siguen siendo importantes para evitar la propagación de enfermedades y el aumento de fallecimientos, ha dejado de ser el objetivo principal de los proyectos de prevención. Ahora, la búsqueda de soluciones para enfermedades como la obesidad, la malnutrición, las enfermedades cardiovasculares, el deterioro cognitivo o el sedentarismo, son la prioridad.
Patricia Núñez de Arenas