El tabaco se está convirtiendo en un medio que cada vez más adolescentes emplean para controlar la grasa en su cuerpo. Así lo indica un estudio de la Universidad de Cornell, en Ithaca, Nueva York que advierte del peligroso aumento del número de jóvenes que cada vez recurren más al tabaco para controlar su peso. Un motivo que está haciendo que los adolescentes se inicien en el consumo de esta sustancia tan nociva para el cuerpo humano, más aún en una edad en donde todavía no está desarrollado.
Una excusa para empezar
Este estudio investigó a 10.500 jóvenes fumadores de entre 11 y 15 años para tratar de averiguar qué les había llevado a empezar a consumir este producto y qué les motivaba a seguir con el tabaco. En torno a un 46% de las chichas participantes afirmaron que su inicio se había relacionado con la búsqueda de un método para controlar su peso, un 30% de los varones contestaron igualmente.
Una excusa que supone la iniciación en el tabaco y que se vuelve peligrosos a medida que el adolescente ve cómo no pierde peso, por lo que entiende que debe consumir una mayor cantidad. Esto provoca que irremediablemente a edades muy tempranas ya existan adictos.
Mayor peso, más probabilidad
La probabilidad de encontrar un adolescente adicto al tabaco era más alta en los casos de las personas que tenían mayor sobrepeso. Tal y como indicaron los investigadores son las personas que sienten la necesidad de perder kilos las primeras que recurren a métodos como estas, al no encontrar el resultado deseado aparece en ellos una ansiedad que se calma cuando fuman, iniciándose así un círculo que termina por la dependencia del joven a este producto.
Los investigadores afirmaron que en el caso de las chicas con sobrepeso existía un 225% más de posibilidades de convertirse en consumidoras de tabaco y posteriormente adictas a este producto. En el caso de los chicos que se ven con kilos de más, esta probabilidad aumentaba hasta un 125%.
Mejor comprensión
Loa autores de este estudio afirmaron que gracias a estas investigaciones se puede entender mejor los comportamientos de riesgo en los más jóvenes. «No siempre se trata de la búsqueda de placer o diversión, a veces fumar es un medio para conquistar un fin», expresó el doctor John Cawley responsable de este trabajo.
Cawley también afirmó que gracias a estudios como el suyo las políticas de lucha contra el tabaco también mejorarán ya que combatiendo de raíz el problema, sobrepeso en jóvenes, se evitará que estos se sientan mal con su cuerpo y por tanto no empezarán a fumar. Otra de las medidas que este investigador sugiere para evitar que los más jóvenes se inicien en este consumo es endurecer la normativa.
Según Cawley si en los establecimientos se cumpliera la ley contra la venta de tabaco a menores y los padres fumadores se asegurasen de tener a buen recaudo sus cigarrillos, los jóvenes tendrían imposible acceder a este producto. Del mismo este investigador apuesta porque desde casa se promulgue con el ejemplo y se cree un ambiente sin humos para predicar con el ejemplo.
Hablar con los hijos
Otra de las herramientas que mejor funcionan para prevenir el consumo de tabaco entre los más jóvenes es una charla pedagógica. Muchos padres eluden tratar este tema porque confían en que sus hijos no probarán un cigarrillo, sin embargo siempre es bueno atajar el problema antes de que aparezca. Sentarse a hablar con él y hablar de los peligros que entraña para el cuerpo fumar.
También es conveniente predicar con el ejemplo. Si alguno de los padres es fumador, se recomienda que trata de dejarlo o reducir el consumo para que el joven no relacione el cigarrillo con algo habitual y necesario en el día a día. También se recomienda enseñar técnicas anti estrés para que los jóvenes no recurran a fumar para aliviar su tensión. Del mismo modo habrá que atender a otras posibles que desemboquen en esta adicción como el sobrepeso o un problema de autoestima.
Damián Montero
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