Nuestro propio hogar puede ser peligroso para los niños, si no tomamos las debidas precauciones a la hora de guardar los productos que pueden ser tóxicos, en particular por la posibilidad de intoxicación involuntaria. Conocer cómo actuar en caso de intoxicación accidental es fundamental para salvar la vida de un niño antes de llegar al hospital.
En su ‘Informe mundial sobre prevención de las lesiones en los niños’, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el término intoxicación se refiere a la lesión o muerte celular causada por inhalación, ingestión, inyección o absorción de una sustancia tóxica o «veneno».
Los factores clave que predicen la gravedad y el desenlace de una intoxicación son, según la OMS, la naturaleza, la dosis, la formulación del tóxico y la vía de exposición; la exposición concomitante a otros tóxicos; el estado de nutrición del niño o el hecho de estar en ayunas; la edad y las afecciones preexistentes.
Pautas de actuación en caso de intoxicación accidental
Los niños son curiosos por naturaleza y exploran su hogar y sus alrededores, donde los adultos ven un peligro ellos ven sólo una posibilidad de juego. La mayoría de las intoxicaciones accidentales pueden evitarse siguiendo una serie de precauciones. Cuando el accidente ya se ha producido, puedes ayudar al niño siguiendo estas recomendaciones:.
– Si tu hijo está inconsciente, no respira, o presenta convulsiones o crisis convulsivas debidas a contacto con veneno o ingestión del mismo, llama de inmediato a emergencias.
– Si tu hijo ha estado en contacto con veneno, o sospechas que tu hijo puede haber tragado una pila de botón, y tiene síntomas leves o no presenta síntomas, llame al Teléfono de Información Toxicológica.
Tratamiento inmediato en caso de veneno
– Veneno ingerido: retire el artículo del niño y haga que el niño escupa cualquier sustancia restante. No induzca el vómito, ni le de leche o aceite al niño.
– Veneno en la piel: póngase guantes y desvista al niño, lávele en la ducha con agua templada a chorro durante al menos 20 minutos.
– Veneno en los ojos: lave los ojos del niño y manténgale los párpados abiertos. Vierta un chorro constante de agua a temperatura ambiente en su ángulo interno durante 15 minutos.
– Humos, vapores o gases venenosos: lleve de inmediato al niño al aire libre o a un lugar donde haya aire fresco. Si el niño ha dejado de respirar, empiece reanimación cardiopulmonar (respiración boca a boca y masaje cardiaco) y no la suspenda hasta que respire por sí mismo o alguien más pueda hacerse cargo de él.