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500.000 niños tienen problemas de alimentación en verano

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Las ONGs calculan que, al menos, unos 500.000 niños tienen problemas de alimentación cada verano al cerrar los colegios. Por este motivo, las comunidades autónomas, las diputaciones y los ayuntamientos han abierto los comedores de algunos centros escolares para dar de comer a los niños de las familias más desfavorecidas durante el verano. En algunos lugares también se contempla un servicio de cátering a domicilio.

Los datos de la última Encuesta de Condiciones de Vida del INE, señalan que, en 2013, más de un tercio de la infancia de España vívía en riesgo de pobreza. En esta misma línea, según el informe Infancia, pobreza y crisis económica, de la colección de Estudios sociales de la Caixa publicado el pasado mes de junio, 1 de cada 3 niños vive por debajo del umbral de la pobreza en España, y uno de cada 10 es pobre severo.

El mapa de los comedores para niños en verano

La configuración del mapa de los comedores sociales en España no es homogénea, ya que no todas las comunidades autónomas han recogido la petición de abrir los colegios para paliar los problemas de alimentación en verano de los niños más desfavorecidos.  Las comunidades autónomas que acaban de abrir los comedores escolares estivales para dar una comida a los niños que lo necesitan son Alicante, Andalucía, Canarias, Cataluña, Extremadura, Galicia, Madrid y Comunidad Valenciana.

Dos autonomías, Asturias y Galicia han decidido un año más no organizar comedores de verano, sin embargo han accedido a prestar las instalaciones educativas de su titularidad a los Ayuntamientos que quieran organizar comedores estivales para minimizar los problemas de alimentación de los niños. Entre las Comunidades que han decidido no abrir los comedores escolares se encuentra también Cantabria.

Nuevo debate: alternativas a los comedores escolares

Gracias a esta medida, muchos niños verán atajado su problema de alimentacion, pero paralelamente se ha abierto un debate sobre la conveniencia de los comedores sociales. Así, Unicef valora que se aborde con urgencia el problema, pero matiza que estas medidas pueden llegar a estigmatizar al menor y que habrían de resolverse con alternativas como la inclusión de los beneficiarios en programas de niños que no tengan esas necesidades o apoyos para la familia.

Los comedores sociales responden a unas necesidades que como medida de emergencia puede ser adecuada, pero se debe hacer de manera que los niños no sean señalados, a través de campamentos o de ayudas a sus familias. Los niños tienen que disfrutar de sus vacaciones y comer en su casa.

Entre las propuestas para normalizar estas iniciativas, Unicef aboga por la inclusión de los menores en campamentos de veranos urbanos, que se celebran por aspectos más relacionados con la conciliación laboral, o políticas de apoyo familiar.

Marisol Nuevo Espin

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