España se enfrenta a un invierno demográfico que se está notando en zonas rurales. La migración hacia las ciudades y el escaso número de nacimientos provocan que algunos territorios del país afronten un envejecimiento de la población hasta el punto de que no se ven apenas niños por sus calles. De hecho, muchos de ellos no han registrado ninguna concepción desde hace años.
Tal y como demuestran los datos del Instituto Nacional de Estadística, INE, desde el 2012 más de 1.000 pueblos en España no se han registrado ningún nacimiento. Una situación que no hará otra cosa que hacer que la población de estos territorios envejezca cada vez más al no contar siquiera con población de menos de 11 años.
Envejecimiento de la población
Según los datos del INE en España existen un total de 1.027 municipios en los que no se ha registrado ningún nuevo nacimiento desde el 2012. Un proceso que está causando el envejecimiento de la población, muestra de ello es que 633 pueblos de este país no cuentan con menores de 11 años.
Otros 420 municipios de España no tienen censado ningún menor de 15 años en su padrón. Pero el envejecimiento de la población no sólo se está notando en estos territorios, también afectados por la migración, a nivel nacional la tasa de mayores de 65 años ya se sitúa en el 19,1%.
Entre los territorios más envejecidos de España, Castilla y León se presenta como la comunidad con mayor número de jubilados. De hecho, el saldo de población negativo en este territorio es negativo después de haber registrado un número de muertes superior al de nacimientos en 11.761 puntos.
De esta forma, el porcentaje de niños en esta comunidad sólo ocupa un 12,07% frente al 24,76% de mayores de 65 años. Esto hace de Castilla y León la comunidad autónoma de España con el mayor índice de jubilados de todo el país.
Cómo revertir la situación
La solución frente al envejecimiento de la población pasa por hacer crecer el número de nacimientos. Para ello se precisa de un cambio en el contexto actual que permita que los índices de natalidad crezcan:
– Tener en cuenta a la familia a la hora de hacer política. Los poderes públicos deben tener en cuenta que el concepto de familia es la base para el futuro de un país. Sin estos núcleos, no se garantiza siquiera el relevo generacional.
– Apostar por políticas de empleo joven. Uno de los mayores problemas que se encuentran los jóvenes a la hora de formar una familia es la inestabilidad laboral que impide pensar a largo plazo.
– Mejorar las condiciones de la conciliación. Con ambos padres en el trabajo, se hace difícil cuidar de un niños, por ello hay que apostar por las políticas de conciliación.
– Impulsar los derechos de la familia y proteger este núcleo para asegurar su futuro a largo plazo.
Damián Montero
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